miércoles 08 de mayo de 2024
Algo de nubes 16.6ºc | Buenos Aires
18/01/2024

¿Por qué Milei pronunció un discurso libertario en Davos?

Nada de lo que se verbaliza en un discurso del Foro Económico Mundial en Davos es ingenuo. Cada palabra, coma y punto son escritos y revisados rigurosamente por la enorme repercusión que tendrán.

¿Por qué Milei pronunció un discurso libertario en Davos?

El presidente argentino Javier Milei causó al menos sorpresa con el discurso ultralibertario que pronunció en Davos. En Davos, complejo turístico de los Alpes suizos, el Foro Económico Mundial, una organización no gubernamental internacional, se reúnen anualmente en asamblea, desde 1971, los principales líderes políticos del mundo, los principales líderes empresariales, representantes de 1000 empresas miembro, intelectuales y periodistas, muchos de ellos online, con el propósito de analizar los temas más relevantes concernientes a conflictos internacionales, pobreza, medio ambiente y salud, entre otros, al igual que sus posibles soluciones.

Si profundizamos sobre aquellos que cerca suyo estaban escuchando su discurso, siendo todos ellos líderes mundiales en sus respectivas esferas de dominio político y económico, ¿por qué habría de emitirse un mensaje libertario a semejantes líderes, poniendo énfasis en la libertad económica y bondades del capitalismo? ¿Por qué darles una lección sobre cómo gobernar a los gobernantes del mundo, y de cómo ejercer el libre comercio a las élites empresaria y económica del mundo?

Conociendo el auditorio presencial al que se dirige, ya que el virtual se expande más allá de Davos y sus circunstancias, vayamos ahora al análisis del contenido. Parte de su alocución estuvo basada en una charla TED de hace cinco años en la ciudad bonaerense de San Nicolás por lo que, algunos conceptos académicos que frecuentemente se ocupa de resaltar, fueron nuevamente expuestos en Davos, lo cual le valió varias críticas. Si bien no es usual que un presidente se repita replicando una charla TED, en este caso, o cualquier discurso que haya pronunciado anteriormente, no me parece que sea una cuestión que lo pueda perjudicar, si es que es consecuente en palabras y hechos con lo que expresa y, en última instancia, sigue repitiendo lo que lo ha sostenido como candidato presidencial y actual primer mandatario, que a si vez ha sido eje de pronunciamientos cuando ni siquiera pensaba ni tenía chance alguna de convertirse en quien ahora gobierna la Argentina. Es lo que siempre ha sostenido en cuanto a su pensamiento ideológico.

Nada de lo que se verbaliza en un discurso del Foro Económico Mundial en Davos es ingenuo. Cada palabra, coma y punto son escritos y revisados rigurosamente por la enorme repercusión que tendrán. Hasta el tono con que se expresa cada disertante es estudiado, además de la gestualidad facial y corporal, principalmente con asesoramiento y entrenamiento, y si no, porque nace del carisma y espontaneidad de quien lo evoca. Con esto quiero decir que esta clase de discursos son absolutamente fieles a quienes representan, por lo que Javier Milei sabía exactamente lo que quería decir y con ello significar y, por su contenido, buscar sacudir el tablero mundial.

Fue provocativo cuando, advirtió que “Occidente está en peligro”, habiendo empezado a trazar el “camino del socialismo”, poniendo a la Argentina como ejemplo de lo que ha sido el resultado de “experimentos colectivistas” que son “la causa” de “los problemas que aquejan a los ciudadanos del mundo”. Señaló, en este sentido, que “el socialismo es un fenómeno empobrecedor que fracasó en todos los países, y además asesinó a más de 100 millones de seres humanos”. “No cedan al avance del Estado”, aconsejó a modo de advertencia, afirmando que “el Estafo no es la solución” sino “el problema mismo”.

Siguió con su defensa a ultranza del capitalismo, porque está absolutamente convencido de su ideología y aplicación, de esto no cabe ninguna duda. Tal como lo hace en el ámbito doméstico, lo hizo recientemente en el escenario exterior. Pretendió ser un profesor académico cuando instó a que los “economistas neoclásicos salgan de la caja”, como una orden que seguía a la teoría de que “cuando un modelo falla hay que cambiar el modelo”. Y a los economistas los elogió calificándolos de “héroes” y “benefactores sociales”, señalándoles que “son los creadores del período de prosperidad más extraordinario que jamás hayamos vivido”, pero con la recomendación de que “no se entreguen a una clase política que lo único que quiere es perpetuarse en el poder”. Digamos que les dio recomendaciones para su accionar en el mundo económico que es, en definitiva, aquel que bien conocen por su desempeño a diario.

Argentina fue “la demostración empírica” que el presidente Javier Milei utilizó, no solamente como el ejemplo de un “destino de pobreza” si se “adoptan medidas que entorpecen el libre funcionamiento de los mercados” y “si se atenta contra la libertad privada” entre otras cuestiones que hacen al liberalismo. Nuestro país también fue utilizado como ejemplo para graficar que, si se decide “abandonar el modelo de la libertad que nos había hecho ricos”, retrotrayéndose al período histórico de inicios del siglo XX en que la Argentina “era el país más rico del mundo”, se va a tener “cerca del 50% de la población por debajo de la pobreza y 10% de indigentes”, tal como indican los actuales índices.

Se dirige al mundo occidental libre o a aquel que presume puede perder sus libertades, a la vez que a los que desea convencer sobre los beneficios de ser capitalista, condenando severamente al socialismo por conducir a la pobreza. Le habla a su vez como economista que quiere colocar los productos de su país y alcanzar una balanza comercial favorable, al mundo que necesita los alimentos que produce la Argentina para “400 millones de seres humanos”. Con una política exterior que visibiliza, también lo hace con el mercado internacional que desea conquistar para aumentar las exportaciones y obtener divisas.

Su crítica al “feminismo radical”, relacionándolo con una mayor intervención del Estado para entorpecer el crecimiento económico, y su “agenda” trazada desde un “Ministerio de la Mujer” que él mismo se encargó de eliminar o de “organismos internacionales dedicados a promover esa agenda”, sabe que va a levantar polvareda aquí y en el mundo, aunque su denostación al aborto lo acerque al encuentro que mantendría con el Papa Francisco, así como también lo haría su rechazo a “los mecanismos de control poblacional”. En el marco de estas declaraciones, el mismo Foro en el cual intervino, presentó un informe que demostraba la generación de riqueza, de cerrarse la brecha de salud entre hombres y mujeres y el aumento de la participación en el mercado laboral de estas últimas, como un símbolo de desacuerdo con su postura.

Desde ya que el discurso del presidente Javier Milei tuvo un fortísimo impacto, no solamente entre los presentes, sino también, en los medios Internacionales. Como afirmé anteriormente, nada de esto es ingenuo en cuanto al impacto que se quiere sea reflejado en el mundo. El desconcierto que produjeron sus palabras, tuvo como más evidente, el rechazo del presidente de España, Pedro Sánchez, del Partido Socialista Español, que apuntó a señalar que en su país “saben que las políticas neoliberales no funcionan” y que “dejar solos a los ciudadanos no tiene sentido”. Las palabras de Sánchez fueron, sin embargo, matizadas, por el elogio que recibió de Elon Musk, señalando que fue una “buena explicación de lo que hace que los países sean más o menos prósperos”.

Si se quiere, Milei algo de mesiánico y de pretensión de erigirse en el representante de las libertades de los ciudadanos del mundo poniéndose como ejemplo de la cabeza de un plan económico que no detalló. El detalle dell plan económico que recibió la bienvenida del Fondo Monetario Internacional, a través de su titular, Kristalina Georgieva, y Gita Gopinath, su mano derecha en el organismo multilateral, fue desarrollado en la reunión mantenida por el primer mandatario, junto con parte de la comitiva que acompañó al presidente a Suiza por Nicolás Posse, Jefe de Gabinete, Luis Caputo, Ministro de Economía, Karina Milei, Secretaria General de la Presidencia y Gerardo Werthein, el embajador designado en los Estados Unidos. De Georgieva obtuvo aprobación por el fuerte plan de ajuste para terminar con la inflación y el déficit fiscal, que exhibió como “rápido” y elogios hacia el staff económico.

La autorización para el desembolso urgente de US$ 4.700 millones que se necesitaban para pagar los vencimientos de enero tuvo luz verde aunque a la espera de la autorización del board del FMI, por lo que se evitará el default, ya que el programa se había caído por incumplimiento. Y la próxima negociación del programa que, con vencimiento en septiembre, determinará un nuevo préstamo de acuerdo con nuestras necesidades financieras. Y para ello necesitó de los Estados Unidos, que, teniendo un gobierno demócrata y no republicano, que sería aún más próximo a las ideas del libertario, mostró su intención de ayudar al nuevo gobierno argentino a pesar de las diferencias ideológicas con Milei, pero que se disimularon con el alineamiento del líder de La Libertad Avanza a Israel y Ucrania, además de su férrea defensa a las democracias liberales, diferenciándose de este modo, de las autocracias tan combatidas por el país del Norte.

El acercamiento a los Estados Unidos fue evidentemente visible a través del respaldo que el presidente norteamericano, Joe Biden, brindó al plan económico de Javier Milei, dándole “la bienvenida a los esfuerzos del gobierno de la Argentina que apuntan a restaurar la estabilidad económica”, enfatizando en el trabajo conjunto con sus “socios argentinos” y el aumento de su “cooperación en inversiones en energía y tecnología limpias”. Este respaldo fue el que, principalmente, permitió al gobierno argentino, obtener el mencionado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Las palabras de Milei en Davos sonaron como dulces acordes en los muchas veces susceptibles oídos de Joe Biden y su gobierno. El rechazo del libertario al socialismo y su fuerte y explícito repudio al comunismo, ubican al presidente argentino, dentro del contexto político y económico internacional, en un área definida de consensos, apertura de nuevos mercados por medio de alianzas estratégicas internacionales, y de alejamiento, tal como lo hizo con BRICS, de una zona que repudia por sus gobiernos más bien apartados del sistema capitalista que él pregona.

El presidente Milei se mostró a sí mismo como poderoso, pese a su reciente asunción como primer mandatario, de un país potencialmente poderoso, que todavía no logra salir de la crisis que atraviesa, y requiere de la sanción de un proyecto de ley que aún no pasó el visto bueno de la Cámara de Diputados adonde inicialmente fue enviado. Se puso a la altura de los países más fuertes y desarrollados, para sorpresa de éstos, con la intención de liderar su país y esquemas más amplios que permitan la consolidación y expansión de sus ideas libertarias, por lo cual ya está obteniendo consolidados apoyos, al igual que rechazos.

En el ámbito doméstico deberá sortear con una oposición que le obstaculiza e incluso judicializa hasta el entorpecimiento el trayecto de tratamiento parlamentario del proyecto de la ley ómnibus de emergencia económica, que pretende tenga inmediatez y fluidez en el Congreso, además de un paro general de la CGT la semana próxima y los números económicos que le golpean en la cara que prometió revertir para mejorar la calidad de los habitantes de nuestro país. Y deberá lidiar de frente con la repercusión de quienes rechazan sus declaraciones en Davos.

Por María Belén Aramburu

Te puede interesar
Últimas noticias