2022-08-18

Por qué se pone el acento en una probable candidatura de Massa, por María Belén Aramburu

Hoy se encuentra en el candelero y es el centro de las miradas. Sergio Massa supo ganarse un lugar como súper Ministro de Economía en medio del tumulto económico-financiero y político. Enlazó todas las piezas que pudo cuando se desempeñaba como titular de la Cámara de Diputados y se corrió de su precandidatura a presidente de la Nación en 2019 cuando se presentó la fórmula Fernández-Fernández, como detallé en mis editoriales anteriores de @Haceinstantes. ¿Ahora qué?

¿Cuál sería el problema de que Sergio Massa se alzase con una candidatura a la presidencia en 2023? ¿Hay alguna persona ingenua que no crea que esas son sus aspiraciones? Claro, la de ser presidente. Pero, desde ya, sin que se trate de un lanzamiento al vacío y, si bien es un candidato mensurable para los encuestadores ahora que está en el ojo de la tormenta y cada milímetro de su desplazamiento es evaluado a favor y en contra de su estabilidad política dentro y fuera del Frente de Todos al que pertenece, habría que ver qué resultados obtiene de su gestión en marcha, y en base a estos, concebir un porcentaje de probables votantes que lo lleven a su postulación. Bien sabe que su antecesora, Silvina Batakis, quien no concentró tanto poder como el que él acumula como súper ministro, duró menos de un mes en su cargo. Se puede bajar de un hondazo como llegar hasta la cima de las aspiraciones.

Es complicado para los candidatos que sueñan con un cargo electivo, que depende de la inclinación del voto de la gente, mientras están en plena gestión como funcionarios, hablar de una candidatura, o mencionarla al menos, aunque se sepa sea el sueño de muchos, la esperanza de pocos, y la carrera con llegada final para uno. Además todos dependen del consenso partidario, si se van a consensuar internas puertas adentro, o si será la ciudadanía en su totalidad quien les de el visto bueno en las elecciones primarias para avanzar al próximo y decisivo casillero.

El primer trascendido sobre una probable postulación, surge de una respuesta que provendría de un planteo realizado por el presidente de la Federacion Agraria Argentina, Carlos Achetoni, según sus propias declaraciones, en relación a que Massa no se presente como candidato para el próximo año, a lo cual el Ministro de Economía habría dicho que no lo va a hacer sino hasta el 2027 de llegar a desear concretarlo. Esta conversación se habría dado en la reunión que Massa mantuvo con la Mesa de Enlace, durante la cual, le habrían solicitado al ministro, hacer públicas sus intenciones, cosa que no hizo.

¿Por qué el supuesto pedido de la FAA que, si bien parte de su titular, involucra al resto de los integrantes de la Mesa de Enlace, siendo que estos no salieron a retrucar el planteo en su presencia? Achetoni se refirió a la necesidad de un Pacto de la Moncloa con todos los partidos políticos, en estos difíciles momentos que atraviesa la Argentina. Si le pidieron que se corra de un lugar de probable postulación a la presidencia es porque pensaron, y pensaron bien, que ésta sería una expectativa del ministro en el ejercicio de su función.

Como “todo tiene que ver con todo” y, evidentemente está entrelazado, y hasta causalmente sincronizado, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, en su exposición en la 19º edición del Consejo de las Américas, destacó que “el próximo gobierno de la Argentina tiene que ser una verdadera coalición que marque el punto de inflexión...” “...que se sostenga durante 30 años seguidos”. Se sabe de la intención de Larreta de postularse a la presidencia de la Nación en 2023 y, como adelanté en mi última editorial de @Haceinstantes titulada: “Juntos por el Cambio: ¿con o sin peronismo?”, es un debate puertas adentro del frente de la oposición, sobre qué camino elegirá entre todos sus socios para integrar o no al actual, o parte del actual, oficialismo. Y acá aparece Massa, tal como apareció en la definición de las elecciones de 2015 que llevó al triunfo de Macri a la presidencia con la inclinación de los votantes hacia Juntos por el Cambio, o como un integrante más del peronismo con su Frente Renovador, o moviéndose en el tablero como componedor o buscador de consensos. Porque hasta Marc Stanley, embajador norteamericano en la Argentina, instó a los políticos de nuestro país a que “hagan una coalición ahora y no esperen la elección de 2023”. Argüello dijo estar de acuerdo con esta postura.

Fue el embajador argentino en los Estados Unidos, Jorge Argüello, quien en su disertación en este mismo encuentro, se refirió a Sergio Massa como “presidente” en lugar de “ministro” cuando se dispuso a realizar un análisis de las condiciones de la economía argentina. Claro que se trató de un “acto fallido”. Fue un furcio. Y eso que Argüello es muy amigo del presidente Alberto Fernández. ¿Se ve entonces a Massa como aquél que lleva adelante las riendas del gobierno? Si bien, esta declaración fue unipersonal, algunos se lo cuestionan, en silencio, o en conversaciones partidarias. De cualquier manera, para plantear cuestiones que tienen que ver con la inflación, sueldos, paritarias, empleo y desempleo, productividad, dólar, reservas del Banco Central, y manejo de la economía en general, que es el gran tema de la Argentina de hoy, a quién habría que acudir en busca de soluciones, si no es a Sergio Massa.

Si se alude a Massa como “presidente”, o si trasciende que se lo frena en una probable postulación en una reunión con un sector de la producción, es porque se lo ve como candidato y se sabe que hacia allí está poniendo la proa. Si los números de las encuestas le marcaran un rumbo favorable, con un manejo más independiente de las variables que hacen a una postulación a la presidencia, seguramente estaríamos refiriéndonos a Massa en los mismos términos en que lo hacemos con quienes están ejerciendo funciones ejecutivas o legislativas sin reparo en sus expectativas, más allá de los resultados de sus respectivas gestiones.

¿Por qué sacar a Massa de la carrera presidencial? La respuesta de la Mesa de Enlace, que palabras más o menos mediante, fueron expresadas recientemente por Rodriguez Larreta, Argüello y Marc Stanley, no satisface a todos por igual. La posición del actual Ministro de Economía es tan delicada como fuerte y conducente a sus propósitos si lo quisiera y lo acompañaran en consecuencia. Incluso, sin alcanzar los números para llegar a la contundencia en la definición de los votos de las elecciones del próximo año, los terceros que las definen, son muy buscados cuando eso sucede, y éstos, a sabiendas de su poder, intentan sacar el mayor provecho político que esté a su alcance. Quizás ésta haya sido la situación en que Massa pudo extraer una posición favorable que lo puso delante de los ojos de todos los argentinos y del mundo.

Lo cierto es que , con el papel que está asumiendo, hoy se lo ve en la Cumbre de las Américas, y se lo escucha refiriéndose a la “paz social” vinculada a la “estabilidad macroeconómica”, se coloca en un lugar de relevancia que lo podría situar en la competencia con los que aspiran a ser precandidatos del Frente de Todos y con los postulantes de la oposición.

María Belén Aramburu

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