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12/08/2022

Juntos por el Cambio: ¿con o sin el peronismo? por María Belén Aramburu

Quizás las declaraciones de Elisa Carrió hayan encendido la chispa que provocó el fuego de las definiciones que deberán asumir con la llegada del súper ministro de Economía, Sergio Massa.

Juntos por el Cambio: ¿con o sin el peronismo? por María Belén Aramburu

Llegó el momento que el Frente Juntos por el Cambio no puede dilatar más en cuanto a la relación que mantendrá con el peronismo de cara a las elecciones del próximo año que comprenden las presidenciales, legislativas nacionales, gobernadores, legisladores provinciales, intendentes y concejales, entre los principales cargos. Será tema de debate, entre otros, en las mesas de discusión y búsqueda de acuerdos de los principales referentes del frente.

Quizás las declaraciones de Elisa Carrió hayan encendido la chispa que provocó el fuego de las definiciones que deberán asumir con la llegada del súper ministro de Economía, Sergio Massa, al gobierno nacional. Si bien los dichos de Carrió tuvieron como finalidad exponer asuntos que ella considera están vinculados con la ética partidaria y del frente que integra, y esas acusaciones fueron rechazadas por aquellos a los que apuntó e incluso algunos las llevarán a la justicia, el análisis que presento en esta editorial de @Haceinstantes, tiene el enfoque que será determinante para esta coalición partidaria, sin poder escapar a sus definiciones.

Cuando en mi editorial anterior de @Haceinstantes califiqué a Sergio Massa de conciliador y buscador de consensos me basé, entre otras consideraciones, en su rol de presidente de la Cámara de Diputados, que desempeñó hasta que asumió como Ministro de Economía. Además el papel que dentro del peronismo desarrolló, ubicándose en una tercera posición distanciada del kirchnerismo, en 2015, lo llevó a asumir un importante rol en la definición de las elecciones de ese año en la segunda vuelta que llevó a Mauricio Macri al poder. Integrándose al Frente de Todos en 2019, con la aparición de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner, fue validado para articular acuerdos con la oposición, ya sea con o sin tratamiento parlamentario, basándose en la relación, en muchos casos de amistad, forjada a lo largo de tantos años de militancia en la política. Su acercamiento a los legisladores opositores cuando de temas candentes se trataba para el gobierno de Alberto Fernández, lo llevaron a tejer alianzas con los opositores de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados, con números mas ajustados para el oficialismo, en consonancia con las redes que se entrelazaban con el Senado, conducido por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Allí, la relación de Sergio Massa como componedor de situaciones en el ámbito político, ha llevado a los integrantes de Juntos por el Cambio, a dirimir internas para tomar decisiones ante diferentes temas y circunstancias, como el caso, por poner un ejemplo, de la negociación de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional.

La llegada de Sergio Massa al poder no sólo implica un cambio de posicionamiento en las fichas del tablero de juego del Frente de Todos, sino también de la oposición con el peronismo. El propio movimiento de Massa en las muchas internas partidarias transitadas lo posicionó en diferentes lugares y el último, a ocupar un cargo que obliga a la oposición no sólo a acercarse en busca de conocer la política económica que va a llevar a cabo el gobierno en momentos tan difíciles como el que el país y el mundo atraviesan, sino también como blanco de nuevos acuerdos, de aceptación o de crítica. La oposición está obligada a ser clara en este sentido. Su electorado no acepta ambigüedades, y menos, en períodos electorales. Y la movida del avispero que realizó Elisa Carrió exige movimientos, esta vez, de Juntos por el Cambio.

La idea de la necesidad de la pata peronista estuvo siempre rondando en la cabeza de los integrantes de Juntos por el Cambio, más que por afinidad, que no la hay más allá de encuentros puntuales en algunas definiciones temáticas, por necesidad. La misma necesidad de los votos de Sergio Massa con más del 21% de los votos del electorado en 2015, por la necesidad de romper la estructura partidaria del peronismo, al menos, llevando a filas propias a alguna de sus ramificaciones, y porque siendo gobierno, la gran incógnita es, si se puede gobernar sin apoyo del peronismo, o de parte de éste.

Fue Mauricio Macri quien, en su afán de ocupar el cargo de presidente por segundo periodo consecutivo, sumó a Miguel Ángel Pichetto a su fórmula, colocándolo en el lugar de candidato a vicepresidente de la Nación. La incorporación de este peronista díscolo de la militancia de su partido, alguna vez en estrecha alianza con los intereses del Frente de Todos, para más tarde, resolver su distanciamiento e incorporación a Juntos por el Cambio, dejó afuera, en la fórmula presidencial a los dirigentes del resto de los partidos políticos que integran el frente desde su origen, los de la Unión Cívica Radical y de la Coalición Cívica. A sabiendas de las dificultades que en la interna frentista iba a producir, y los resquemores que iban a aparecer, el PRO, con el entonces presidente Mauricio Macri a la cabeza, avanzó con la idea que cristalizó a través de su acompañante, un peronista opositor al Frente de Todos, y, sobre todo, a Cristina Fernández de Kirchner, por más que votara a favor de mantener sus fueros en el Senado en su oportunidad.

La fórmula Macri-Pichetto no llegó al poder con un Frente de Todos ensamblado detrás de la fórmula Fernández-Fernández de Kirchner, con Massa y su Frente Renovador como una de sus vertientes integradoras, por lo que no vimos a Juntos por el Cambio en acción en un gobierno con una pata peronista. La pretensión de contar con al menos un sector del peronismo, afín a los objetivos de Juntos por el Cambio, sigue siendo materia discutible y a la espera de definiciones por un frente que pretende llegar nuevamente a la presidencia.

Las elecciones de 2023, en la mira de los tres partidos políticos que componen Juntos por el Cambio, fortaleció a todos. Si bien fue el PRO la piedra fundacional del frente, y el partido más incipiente en cuanto a su historia reciente y el más fuerte en sus inicios, la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica mostraron que también se encuentran fortalecidos, sobre todo, después de la derrota de Macri para llegar a la presidencia en 2019. Algunos de sus referentes crecieron en la intención de voto, sobre todo Facundo Manes y Gerardo Morales en la UCR, y en el PRO, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich se muestran como sólidos aspirantes a ejercer la presidencia. Se verá si las internas se van a derimir puertas adentro de los partidos y del frente, o las precandidaturas serán sometidas a la voluntad popular mediante su voto en las PASO.

Por estas horas los integrantes de cada uno de los partidos que integran Juntos por el Cambio, así como los principales referentes del frente, están manteniendo reuniones en vistas a analizar los temas de la actualidad política y económica, su relación con el Frente de Todos y especialmente con Sergio Massa como súper ministro, su rol y desempeño en el Congreso con la asunción de Cecilia Moreau como presidenta de la Cámara de Diputados, la relación con una de sus socias, Elisa Carrió, luego de sus declaraciones públicas, pero que también remite a la Coalición Cívica en su conjunto, y las elecciones presidenciales del próximo año.

Juntos por el Cambio: ¿con o sin peronismo? Es en estos momentos cuando están buscando una respuesta que no admite dilaciones, por la demanda de sus socios, y, sobre todo, por la del peso que tiene la de su electorado.

María Belén Aramburu

 
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