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03/01/2024

No entiendo la crueldad

Tanto Fernando Báez Sosa como Tomás Tello, fueron atacados por patotas en la costa bonaerense. En ambos casos hubo imágenes registradas que contribuyeron y contribuyen al esclarecimiento de los crímenes.

No entiendo la crueldad

No entiendo la crueldad. Nunca la comprendí. Cuando se golpea a alguien surge la pregunta del por qué. Cuando se mata a alguien también. Se busca un móvil de lo que sucedió. Por qué pasó lo que pasó. Lo busca la justicia en la causa que se abre a modo de expediente para encontrar una carátula y emprender el camino que llevaría a una eventual condena para el o los acusados. Lo busca el periodismo en orden a su afán de informar y esclarecer. Lo busca la familia para declarar ante la justicia y ayudar al avance de la investigación. Pero nadie puede comprender la maldad que lleva al daño... y hasta a la muerte. No existe explicación racional y lógica para eso. Y por más que se busque una causa o un móvil, nada justifica una situación de esta naturaleza.

Se escucha detallar, una y otra vez, a la hermana menor de Tomás Valentín Tello Ferreyra, que cuando ella festejó su cumpleaños de 14, a comienzo de 2023, vinieron a su fiesta “los mismos chicos” que asesinaron a su hermano. Detalló que “no son de acá, son de Morón, y vienen para trabajar como vendedores ambulantes para hacerse unos mangos en el verano”. En diciembre de 2003, los Tello hicieron otra fiesta en la casa de los abuelos, con quienes convivían, pero Tomás no los dejó ingresar, “los sacó, los echó”, debido a que en el cumpleaños de Camila habían “roto todo y tirado botellazos”. Que, según la madre de Tomi, su hijo estaba tratando de localizarlos porque tenía los documentos de tres de ellos que “los habían perdido”. Que “a uno de los chicos que mató a Tomi se le cayó la billetera con plata”, que Damián Kopelian, quien se presenta en las redes sociales como “El Kope”, de Merlo, vendedor ambulante, sospechoso de haber apuñalado a la víctima, “le pegó una piña” a Tomás cuando éste trató de frenar una pelea... “Y así empezó todo”, se le escuchó decir a una tesigo. El fiscal Pablo Gamaleri está intentando saber lo que sucedió para encontrar a los responsables de lo que derivó en un homicidio. Por el momento los detenidos son diez, de los cuales dos se encuentran bajo el fuero de responsabilidad juvenil, al tener 16 y 17 años.

Tomás falleció en el hospital de Santa Teresita, adonde fue trasladado de urgencia. Recibió, al menos, una “herida cortopunzante en la línea media del tórax”, reveló la autopsia, para entender que la lesión que lo llevó a la muerte fue “una laceración en la aurícula derecha del corazón”. Si fue una tijera o un cuchillo u otro elemento el que le provocó la herida mortal, aún no se sabe, porque el arma homicida todavía no se encontró. Lo persiguieron varias cuadras. Se lo ve intentando escapar corriendo, mediante el registro fílmico de un video en la playa, a orillas del mar, mientras celebraba la llegada del Año Nuevo con sus amigos. Lo insultaron, lo golpearon, le “tiraron botellazos”, según un testigo, y lo apuñalaron, con al menos un arma cortante. Lo mataron. Algunos testigos afirman que, después del ataque en la playa, “lo acorralaron y le dieron muerte en una casa que está en 44 al numeral 124”. En esa casa la Policía encontró a Tomás gravemente herido. Como van apareciendo nuevos videos, en uno de ellos se ve a un sujeto, saliendo de esa casa, sosteniendo algo debajo de su remera. También se ve a quien, vestido con una remera amarilla, le pega a la víctima después de la puñalada mortal. Todo esta violencia duele, sobre todo a la familia. No hay manera de poder ponerse en sus zapatos por más empático que se sea. Ese dolor del Alma será eterno.

Si bien el fiscal que entiende en la causa, Pablo Gamaleri, no cuenta con la declaración de los acusados, ante su negativa, afirma que éstos armaron “un plan de antemano para dar muerte” a Tomás, señalando a cuatro de ellos como coautores de este homicidio. La arenga estuvo presente en este plan para matar. “Párense de manos, vamos a pelear, hdp, los vamos a c... a trompadas, mirá cómo te regalás”. Gamaleri encontró además, en la investigación, un móvil que fue “una disputa previa ocurrida el 23 de diciembre de 2023”, de la cual dieron cuenta amigos y familiares de la víctima. La carátula, de ser probada, podría llevar a los acusados a una pena de prisión perpetua.

Imposible no traer a la memoria el crimen de Fernando Báez Sosa, que tanto nos dolió a todos. Incluso la calificación que se le aplicó a “los rugbiers”, cinco de los cuales fueron condenados a prisión perpetua en calidad de coautores, y otros tres a quince años de cárcel como partícipes secundarios, es la misma que ahora se les atribuye a los supuestos autores del crimen de Tomás: “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y alevosía”. Faltan apenas unos días, para que el recuerdo del asesinato de Fernando, nos duela una vez más, como hace cuatro años, cuando lo golpearon hasta matarlo a la salida del boliche Le Brique, en Villa Gesell, un 18 de enero de 2020. 

Tanto Fernando Báez Sosa como Tomás Tello fueron atacados por patotas en la costa bonaerense, ya sea de rugbiers en el caso del primero, como de vendedores ambulantes en el segundo, quedando en absoluto estado de indefensión. Fernando falleció como consecuencia de los golpes, y Tomás, de haber recibido una puñalada. Los autores del hemiciclo de Fernando fueron rápidamente identificados y detenidos. En el caso de Tomás, los hasta ahora presuntos homicidas también. La arenga precedió a la emboscada en los dos homicidios. La recientemente señalada en el caso de Tomás, y la de Ayrton Viollaz con su “mátenlo al negro de...”, en el de Fernando. Cabe señalar que, ambos casos, hubo imágenes registradas, ya sea por cámaras de seguridad como ocurrió en Villa Gesell, o por teléfonos celulares en Santa Teresita, que contribuyeron y contribuyen al esclarecimiento de los crímenes que terminaron con la vida de estos jóvenes.

Para los padres de Fernando, esto es revivir su propia historia. “Estamos viendo que casi todos los años pasan las mismas cosas y es triste”, dijo Silvino Báez, el papá de Fernando. “Te despierta toda la violencia que hubo, y no poder hacer nada por tu hijo es durísimo”, instando a los padres de Tomás, “que no bajen los brazos, que sigan luchando”. Este padre dolorido se refiere a la violencia, a la impotencia de no poder auxiliar a un hijo cuando es atacado por una patota hasta la muerte. Le trae el recuerdo de revivir cada instante para buscar imágenes, testigos, que puedan relatar en el juicio, lo que sucedió. De buscar desesperadamente justicia, sin encontrar consuelo, aunque algo de alivio a través de las condenas. Graciela Sosa, la mamá de Fernando, se comunicó por Wap con la familia de Tomás para brindarle sus condolencias. Porque sabe que el dolor quema como un fuego que se siente en la garganta cada vez que se habla de ello, y en el Alma, cada vez que se recuerda al hijo que no está, al que se le arrebató la vida con crueldad, mientras se encontraba vulnerable y en estado de indefensión, cuando se lo golpeaba y pateaba una y otra vez. Fernando falleció por un paro cardiorrespiratorio como consecuencia de los golpes recibidos.

¿Nada se aprendió de lo que le sucedió a Fernando? ¿Cómo puede ser? El registro fílmico tomado en la playa sirve de prueba y será un elemento fundamental en la presentación de las pruebas. Algunos filmaron. Otros observaron. A veces se torna difícil y hasta peligroso intervenir sin salir lesionado o muerto de una agresión de semejante magnitud. Pero lo que siempre se debe hacer en estos casos, es convocar inmediatamente a personal policial y médico para que acuda rápidamente al lugar de los hechos en auxilio de la/s víctima/s.

Dos familias quedaron entrelazadas por el dolor por la pérdida de sus hijos. Pero lamentablemente son más las que sufren la pérdida de sus seres queridos en manos de personas crueles, a las que nada les importa la vida ajena, ni el sufrimiento que causan.

También durante los festejos de este Año Nuevo, en la ciudad de Corrientes, una joven de 19 años fue hospitalizada. Recibió un botellazo, producto del cual, sufrió un corte en el cuello. Se habían peleado entre algunas mujeres en un patio del interior de un boliche. Se ve claramente en el video cómo, a una de ellas, le arrojan un botellazo a la cabeza, luego de golpes de puño y fuertes tirones de pelo entre ellas, que pasó a centímetros de su cuerpo y cuyo estruendo se escuchó al golpear contra el suelo. El otro botellazo la hirió, mientras se encontraba en estado de indefensión tirada en el piso boca abajo, por lo que la policía debió actuar de urgencia para frenar la hemorragia provocada. Se le dio el alta porque luego de constatarse que no hubo heridas que pusieran en riesgo su vida. No hay detenidos por el momento, puesto que no hay obligación de que la Policía inicie un sumario ni que la Justicia intervenga, por tratarse de lesiones leves.

Duele ver cómo lastiman a esta joven, cómo es trasladada al hospital mientras está sangrando. ¿Por qué la violencia? Duele ver que se armó una rueda de gente que filmaba lo que pasaba, aún cuando este material fílmico colabora en la investigación de lo que sucedió, pero sin hacer nada para impedir que estas mujeres continuaran golpeándose y atacándose brutalmente a botellazos. Al contrario, la gente que allí se encontraba celebraba y arengaba la pelea, salvo una joven que intentó separarlas y recibió un golpe, y dos jóvenes que intentaron lo mismo sin resultado. Reitero que siendo en estos casos muy difíciles y hasta peligroso separar a las personas que intervienen en la pelea, el llamado urgente a los efectivos policiales y médicos resulta de fundamental importancia. Siempre. Por la información con la que se cuenta, se supo que, tanto el personal de seguridad del boliche como la Policía, intervinieron de urgencia para el traslado de la víctima al hospital.

La pelea entre estas mujeres podría haber terminado fatalmente. Una persona que arroja botellazos a otra, ¿puede hacerse una representación del daño que puede causar, tanto en heridas como en lesiones que puedan provocar la muerte? Claro que sí. Los golpes también pueden tener la misma consecuencia. Y la indefensión de una persona que está tirada en el piso, agrava aún más esta probabilidad, teniendo en cuenta que no puede hacer nada para impedir que la sigan agrediendo. Y los que miran y disfrutan de la crueldad que ven, ¿no tienen empatía hacia el otro? Se ve que no. ¿No se dan cuenta de la gravedad de lo que está ocurriendo? ¿Prefieren divertirse con la crueldad ajena que también se convierte en propia cuando se sigue alentando la pelea? ¿La representación de lo que podría suceder no está en sus mentes? Si hasta alguno se reía ante lo que pasaba. Cuesta creerlo. Duele verlo y saberlo.

El ser humano parece no aprender de sus errores. Estos casos, y lamentablemente muchísimos más, deberían servir de fuente de prevención para evitar otras peleas, otros ataques enfurecidos, otras personas heridas y víctimas fatales. El diálogo en familia contribuye para reconocer la violencia de estas situaciones y evitarla. En la escuela también debe ser materia de conversación, aún con mayor responsabilidad, cuando el entorno de los niños y adolescentes, no puede promover este tipo de conversaciones, por no ser un ámbito propicio para estos encuentros. La sociedad en su conjunto debe tomar cabal consciencia de estos episodios y actuar en consecuencia. La justicia debe ser ejemplificadora también.

El valor de la palabra en la comunicación es muy importante. ¿Nos estaremos olvidando de esto? Les sugiero conectarse con la Paz, con la Armonía, en lugar de con el conflicto y la discordia. Los invito a pensar de manera pacífica y armoniosa, ya que eso los llevará a actuar del mismo modo. Porque el ser humano Es un Ser de Paz esencialmente. Solo que lo ha olvidado desconectándose de quien realmente es.

María Belén Aramburu

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