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09/03/2023

Impuesto a las ganancias: mínimo no imponible a recalcularse, paritarias e inflación, por Belén Aramburu

La alegría de recibir un aumento a través del reconocimiento del esfuerzo del trabajador, se puede ver menguado y hasta alterado, por variables como el Impuesto a las Ganancias, sumado a la inflación que también se lleva, en el mayor de los casos, el IVA.

Impuesto a las ganancias: mínimo no imponible a recalcularse, paritarias e inflación, por Belén Aramburu

Cuando a uno le va mejor en el trabajo, lo ascienden, le dan un aumento de sueldo en relación con ese mejor posicionamiento logrado y otorgado por la empresa en la que se desempeña, surge inmediatamente la pregunta, en silencio, reservada, pero obligada, de cuánto es realmente ese incremento, de modo tal que el Impuesto a las Ganancias, no se lo lleve puesto cada mes, en la deducción automática que, de él se hace en un empleo en relación de dependencia por ejemplo, para llegar al haber neto. Esto viene sucediendo hace varios años. Salvo que ahora, algunas voces se van levantando... ¿Y escuchando?

En el caso de los jóvenes, que apuestan al crecimiento a través de su trabajo, tanto en lo personal como en lo económico, perciben, a la vez que su salario se deteriora, producto de la inflación galopante, cómo éste se va menguando cuando el mínimo no imponible no se ajusta a la par de los vaivenes de la macro y la microeconomía imperantes.

A todo esto, ¿qué es el Impuesto a las Ganancias? Se trata de un impuesto nacional que recae sobre los haberes o rentas obtenidos durante el año calendario. Se calcula mediante la aplicación de una alícuota progresiva sobre la ganancia neta (ingresos menos gastos deducibles) obtenida durante el período fiscal de liquidación. Cabe preguntarse lo siguiente entonces: ¿acaso los haberes son ganancias? Otra pregunta que todos se hacen, más allá que a la mayoría no le guste pagar impuestos en términos generales, pero abarca también a los que dicen que les parece bien y justo, ¿adónde va ese dinero, lo veo de regreso, al menos, en las funciones más esenciales que debe cumplir un Estado?

La alegría de recibir un aumento a través del reconocimiento del esfuerzo del trabajador, se puede ver menguado y hasta alterado, por variables como el Impuesto a las Ganancias, sumado a la inflación que también se lleva, en el mayor de los casos, el IVA, impuesto fácilmente absorbible por el Estado, por medio de cada compra de bienes y/o servicios. Además de la carga de otros impuestos...

Nuestro país lidera el ranking de mayor presión tributaria en 3 impuestos que son clave para la producción, entre los cuales se encuentra el Impuesto a las Ganancias, agregando el de Bienes Personales y a los sellos, según un informe elaborado por la Unión Industrial Argentina, reclamando medidas para evitar la concentración del cobro impositivo, con el objetivo de mejorar la inversión y evitar, afirmaron, una carga extraordinaria para las empresas y los consumidores, que afecta a la producción y al consumo. Podría ser la simplificación tributaria, proponen los empresarios, una manera de reducir la carga administrativa.

La UIA tomó, como base, datos que mide la Organización Mundial del Trabajo, a través de un índice que considera la informalidad de la economía doméstica. De este modo, si se basa en la cantidad de impuestos que gravan al sector privado, la Argentina se ubica en el puesto número 10 entre los 30 países analizados en la muestra. Si a estos datos se le agrega la informalidad, pasaría al primer puesto.

Impuesto a las ganancias, paritarias para ajuste por inflación o cercano a ella y la mismísima inflación, son permanentemente analizadas por los trabajadores, gremios, empresarios, distritos estatales en todas sus escalas. Pongamos como ejemplo más reciente, a la Asociación Bancaria, que, por otra parte, marca una tendencia general promedio en la proyección de acuerdos paritarios, que resultan trasladables a otros sectores y gremios.

Una audiencia salarial de los bancarios con las cámaras empresariales, en la sede del Ministerio de Trabajo, intentará buscar un acuerdo entre partes para los próximos meses de este año, luego de haber rechazado una propuesta salarial a la que calificó de insuficiente y desfasada de “los tiempos que corren” y a “los justos reclamos”. Lo que busca Sergio Palazzo, su titular, es otorgar una suma extraordinaria por compensación salarial del Impuesto a las Ganancias, a cobrarse en etapas. Lo denominó Bono Ganancias. La Asociación Bancaria considera que “la presión progresiva” de este impuesto, “alcanza cada vez a más bancarios, ahoga nuestros bolsillos y genera un deterioro real del nivel salarial”. El mismo Palazzo lo denominó “impuesto al salario”.

Más allá de los reclamos de un gremio en particular, que puede ser el reclamo o, al menos, el criterio común, extendido a otros sectores, refiere puntualmente, a la cuarta categoría que calcula el tributo, exclusivamente, sobre la renta del trabajo personal, teniendo en cuenta, entre otros rubros, el trabajo personal en relación de dependencia. La preocupación de los trabajadores pasa por el mínimo no imponible, a medida que se ajustan sus ingresos por su posicionamiento en cuanto a su competencia, por la inflación y las paritarias que acuerde el sector en el que se desempeña, ya que del mismo, se desprenden el resto de las escalas a tributar.

Recuerdo al actual Ministro de Economía, Sergio Massa, entre sus propuestas de gobierno como candidato a presidente para el período 2015-2019, la de la eliminación del Impuesto a las Ganancias. Como líder del Frente Renovador, en oportunidad en que se encontraba en Córdoba, aseguró que “como presidente, a partir del 1º de enero voy a aumentarles los salarios a todos los trabajadores del país, porque voy a eliminar el impuesto a las ganancias sobre los sueldos, y la plata que hoy les quita el gobierno nacional, va a volver al bolsillo de ustedes”. Y así, todos los legisladores y dirigentes de su espacio, a los cuales entrevisté, sostenían el mismo discurso y compromiso.

Siendo Ministro de Economía, y para hacer anuncios oficiales sobre el piso de este impuesto, declaró, en diciembre del año pasado, que “con gran esfuerzo del Estado, pero convencidos de que el salario no es ganancia, sino remuneración, el 1º de enero, se actualizará el piso a partir del cual se paga el Impuesto a las Ganancias”. En su declaración, refiere al salario como una remuneración, y no como una ganancia, concepto sobre el cual, en oportunidad de ser candidato presidencial, prometió su eliminación.

El piso del mínimo no imponible, de seguir rigiendo este impuesto, debiese estar acorde con la economía reinante en la actualidad, y que no sea distorsivo e inequitativo, para evitar la pérdida del poder adquisitivo y el deterioro de la calidad de vida de los trabajadores, que ya ha sufrido demasiados embates en los últimos tiempos.

María Belén Aramburu

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