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04/05/2023

La economía argentina en el contexto mundial actual, por María Belén Aramburu

Un panorama económico complicado doméstico amerita de consensos internos y acuerdos internacionales convenientes.

La economía argentina en el contexto mundial actual, por María Belén Aramburu

La coyuntura económica argentina, vinculada al panorama mundial, que es a su vez político además de económico, igual que el nuestro, ha puesto al país en la mira en, al menos dos oportunidades a analizar, en los últimos días.

El tema siempre son los dólares, con la venta de las magras reservas que el Banco Central realiza para estabilizar, al menos un poco, el mercado del tipo de cambio, luego de las últimas regulaciones impuestas sobre los dólares financieros, que vienen comportándose de distintas maneras, al compás de los sucesivos vaivenes. Así es como el CCL retrocedió y el MEP subió algo, no mucho por cierto, en el día de ayer, mientras que los bonos en dólares estuvieron en alza y las acciones en baja. Además tanto las exportaciones como las importaciones, muestran números a la baja. Y, pronto, el próximo 12 de mayo, el INDEC, dará a conocer el dato del índice inflacionario, que promete crecer en relación con los meses anteriores y amenazar a la economía que ya supera el 100% anual.

En Estados Unidos, la Reserva Federal, aumentó las tasas de interés de 5% a 5,25%, generando, a su vez, una reacción en el mercado con la baja del Dow Jones, el Nasdaq y el índice S&P. Fue una medida que se tomó para combatir la inflación, pero no perjudicar el crecimiento de la economía que, a la vez, es fundamental en cuanto al peso que este país tiene en la economía global, y por ende, en la argentina, desde ya. La pretensión es la de volver al 2% de inflación, y esto llevará un tiempo. Si bien no pareciera avizorarse una nueva suba en la tasa de interés, la incertidumbre suele conllevar volatilidad en los mercados financieros, que,a su vez, podrían beneficiar a nuestros papeles, que también cotizan en el exterior. En economía, ciencia que no es exacta por cierto, las variables no están ajustadas a comportamiento alguno y, alejadas de la previsibilidad, sólo se pueden hacer cálculos que están ligados a movimientos históricos más que ser merecedores del mismo análisis en la actualidad.

Estados Unidos, en una especie de reacción ante la injerencia cada vez más vasta y profunda, en distintas áreas, de China, en nuestra economía, sacó a relucir, entre otras, una medida que tendería a facilitar, acceso a los países de ingresos medios, a bancos y organismos multilaterales de crédito para tener una vía de solución a sus problemas financieros. Apuntando, en este sentido, a la Argentina, a la vez que resaltando que el país del Norte ve a nuestro país como “un socio para llenar el mundo con recursos”, el embajador norteamericano en la Argentina, Marc Stanley, señaló también sobre la peligrosidad sobre una estrecha relación con China quien pretende, según él, “tener más presencia militar y control en la región”. Argentina exporta a los Estados Unidos, entre otros productos, el litio, pero nuestro país encuentra desventajas a la hora de concretar las operaciones comerciales debido a las restricciones legislativas internas, y por la situación financiera puntual de la Argentina. Ambos tomaron nota en busca de probables y seguras soluciones.

En el mismo sentido, pero con criterio de vecino, de formar parte el MERCOSUR, pero poniéndose énfasis en la preponderante sociedad bilateral comercial que une a la Argentina con Brasil, es que la reunión entre los presidentes Alberto Fernández y Lula da Silva, a quienes además, los conecta la ideología en común, incrementaron las expectativas respecto de un acuerdo que podría llegar a buen puerto. Pero hubo alguna sorpresa. Pese a que el primer mandatario brasileño había señalado que iba a buscar apoyo del Fondo Monetario Internacional y del grupo de los BRICS para la Argentina, también reconoció que Fernández se volvía al país sin dinero. Brasil mira de reojo a la Argentina cuando ve los números de los índices inflacionarios, el valor cada vez más diezmado del peso frente al dólar y otras monedas como el real, y la falta de dólares, advirtiendo sobre el peligro de la financiación de las exportaciones que respalda el Banco Nacional de Desarrollo. Siempre el tema termina siendo la financiación y la falta de dólares.

Y es en estos dos países, Estados Unidos y Brasil, en los que nuestro país está confiando buscando su apoyo para flexibilizar desembolsos y las metas fijadas por el FMI, sobre todo las que implican un alza de las tarifas, con la subsiguiente quita de subsidios, la devaluación del dólar oficial, la suba de las tasas de interés, el ordenamiento del mercado cambiario y el accionar del Banco Central, y el freno a nuevas jubilaciones, a contramano de lo que el gobierno estuvo haciendo en el último periodo.

Con China, el gobierno impulsó las operaciones comerciales en yuanes, de modo tal que un swap entre el Banco Central y su par chino, permitan la importación de productos de ese país sin alterar la cantidad de las magras reservas con las que cuenta nuestra autoridad monetaria.

Así es que el Ministro de Economía, Sergio Massa, se movió rápidamente en la última gira a los Estados Unidos, para conseguir apoyo y obtener financiamiento de organismos y bancos multilaterales de crédito, en Brasil, para trabajar en un acuerdo que les permita a las empresas exportadoras brasileñas, exportar a la Argentina, obtener desembolsos del Fondo Monetario Internacional, en modo de adelantos, y el dólar agro como incentivo a la exportación, pero que, por la sequía quedó deslucido y se hizo difícil conseguir divisas de los exportadores agropecuarios, y eso que, en abril y mayo se dan las mejores liquidaciones de soja.

Un panorama económico complicado doméstico amerita de consensos internos y acuerdos internacionales convenientes.


María Belén Aramburu

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