Frente de Todos recalculando: ¿con o sin PASO?, por María Belén Aramburu

Una vez más, el presidente Alberto Fernández hizo hincapié en las PASO. Ya lo había señalado cuando se postulaba, sin hacerlo oficialmente, a la candidatura para su reelección y, reiterado después del video en que renunció a lo que fue una idea y meta propias y de su entorno, aunque sin ser plasmada. Admitiendo que en el Frente de Todos “hay dos miradas que por momentos se chocan”, profundizó en que “lo mejor es que lo resuelva la gente”, señalando que “hay varios candidatos” para competir en esta agrupación política.

Apunta a la vicepresidenta Cristina Kirchner cuando refiere a que “hay que democratizar el Frente de Todos”. Fue la ex presidenta quien le pidió ser el candidato presidencial en 2019, comunicándoselo por Twitter y, devolviendo este la gentileza a través de las redes sociales, a través del anuncio en el que el primer mandatario hace alusión a correrse de su pretensión de enfrentarse con otros candidatos en unas PASO. “Nadie debe señalar un candidato, le faltó democracia al espacio del peronismo”. ¿Se habrá referido también, con esta afirmación, a su propia postulación en 2019, gestada por Cristina Kirchner? Y sí. Admitió que provino “de una crisis que nos tenía divididos”. ¿La asimilará con la actual, que además se agrava por dividir al propio gobierno?

Mientras Cristina Kirchner sigue pensando quién puede ser el mejor candidato para representar su espacio, regocijándose en el anuncio de que Alberto Fernández no se presentará a las elecciones presidenciales, la vicepresidenta intenta instalar, junto al resto de sus seguidores, la idea de una única postulación, desechando, de este modo, alternativas que llevarían a la instalación del debate entre dirigentes del Frente de Todos, y su ulterior competencia en las PASO de agosto.

Los candidatos probables para Cristina siguen siendo el Ministro de Economía, Sergio Massa y el Ministro del Interior Eduardo “Wado" de Pedro, este último perteneciente a La Cámpora, agrupación que lidera su hijo, Máximo Kirchner, quien no aparece entre los candidateables. En este sentido, hasta algunos ven deseable la presentación de las candidaturas de Massa para presidente, Axel Kicillof, para un segundo mandato como gobernador de la provincia de Buenos Aires, y Cristina Kirchner, candidata a senadora por el distrito, bastión que pretende quedarse el kirchnerismo.

Seguiremos viendo y escuchando los operativos “clamor: Cristina 2023”, orquestados, principalmente, por Andrés “Cuervo” Larroque y, de persistir en no presentarse como candidata presidencial, serán, al menos insistentes, en tenerla como senadora en la boleta. Y de no presentarse a ninguna candidatura, la veremos tejiendo los hilos del Frente de Todos, o de la mayoría del peronismo representado por su fuerza, pretendiendo establecer un orden en cuanto a los objetivos a establecerse en bases programáticas para ser presentadas en sociedad para las próximas elecciones, en formato que será expresado por el candidato a designar. El papel que Cristina Kirchner pretende, para mostrarse y ser vista como armadora del equipo, decidiendo qué jugadores participarán y dónde estarán ubicados, es similar al que también protagoniza Mauricio Macri en Juntos por el Cambio. Sin participar directamente de las elecciones ordenan y dan directivas, reciben a dirigentes y toman decisiones partidarias y del frente que integran, aunque se entraría también en la discusión de quién tiende al consenso del partido y del frente que integra, y quién no.

¿Massa podría ser candidato? El rumbo de la economía lo tiene en jaque, y su rol activo como ministro es tanto su fuente de adhesiones como de rechazos. El rol de articulador en el espacio, cumpliendo una función política, le cabía mejor a sus pretensiones. Todavía es mirado con cariño por la vicepresidenta que lo sigue teniendo en cuenta, mientras que Alberto Fernández se inclina por su jefe de Gabinete, Agustín Rossi, un políticamente correcto dentro del espacio y del gabinete, y por Daniel Scioli, quien hace rato está mostrando sus aspiraciones, intensificándolas luego del video del presidente. A ambos, el presidente, sumó a la Ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, como probable, una incondicional del Grupo Callao, que siempre ha intentado a acercarse a Cristina Kirchner.

¿Los candidatos deseados, propuestos y enunciados por Alberto Fernández, se bajarían de sus postulaciones, de ser ellas oficializadas, si Cristina Fernández se los pidiera, para evitar la confrontación en unas PASO y tener un solo candidato? ¿Tiene Cristina el poder suficiente como para hacerlo dentro del Frente de Todos? Mientras los números de las encuestas la muestren como la aglutinadora de los votos del núcleo duro e inclaudicable, será respetada en las decisiones que tome para el partido y el Frente de Todos. Será un poder más discutido y debatido, por la propia grieta que el gobierno ha profundizado a lo largo de su gestión, y deberá siempre ser respaldado por la legitimidad de la intención de votos, y no por una autoridad impuesta. Esto le cabe a todos. Y, en cuanto, a la primera pregunta, no dudo que, basándose en este último criterio, tanto Rossi, como Scioli, y aún Tolosa Paz, declinarían sus intenciones, de recibir un mensaje de la vicepresidenta.

Las renuncias explícitas o no verbalizadas de una manera directa, pero dándolas a entender, muestran también la lectura de un escenario mas realista respecto de las chances que cada candidato pueda tener a la hora de interpretar las encuestas. Esto cabe tanto para Cristina Kirchner, como para Alberto Fernández, o Mauricio Macri. La reciente explicación brindada por el presidente, en cuanto a que la Patria está primero, es una obviedad, porque cualquier presidente de la Argentina y de cualquier país del mundo, se debe a la construcción del bienestar de los ciudadanos. Ahora bien, la justificación de que lo hizo, aún sabiendo que tenía posibilidades concretas de ganar, frase emitida por la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, lo dejó todavía más expuesto. Pero, ¿quién podría decir qué candidato puede ganar en agosto y/u octubre, cuando, mediante y pese a las encuestas, sabemos sobre sus falibilidades y resultados, incluso nunca señalados, que pueden sorprender a propios ajenos? Por lo cual, nunca se puede saber quién/es gana/n.

También aparecen las agrupaciones sociales, con pretensiones electorales y candidatos propios, los sindicatos, que invitaron al Ministro de Economía, Sergio Massa, al acto del 1ro de mayo, los gobernadores, que, al menos, pretenden ser considerados para componer una fórmula desde la candidatura a vicepresidente, y la posibilidad de desdoblar las elecciones donde se pueda, incluso en la provincia de Buenos Aires, idea pergeñada por Axel Kicillof, en su intento para permanecer con el mandato de gobernador.

Este jueves, la vicepresidenta se presentará en el Teatro Argentino de La Plata, sede desde la cual, en julio de 2007, lanzó su primera candidatura presidencial, por lo que hay una expectación muy alta sobre las palabras que Cristina Kirchner vaya a pronunciar desde ese escenario. ¿Habrá candidatura de la vicepresidenta? ¿Al menos a senadora por la provincia de Buenos Aires? ¿Logrará imponer su pretensión de un solo candidato presidencial para las PASO? ¿Apoyará explícitamente a alguno? ¿Mostrará una tregua con el presidente luego de la declinación a su candidatura?

Pase lo que pase en los próximos días, el Frente de Todos bien sabe que, sin unidad, no puede pensarse en un triunfo en las elecciones, ni siquiera de manera aspiracional o soñada. Ningún secreto. Ya lo vivieron en otras oportunidades, siendo la más reciente la de 2019. Juntos por el Cambio también lo sabe. Y allí, ambos frentes, tienen un punto de encuentro en común, para presentarse como adversarios en la contienda electoral.

María Belén Aramburu