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11/11/2022

Definiciones en el PRO y el rol de Mauricio Macri, por María Belén Aramburu

Las internas en los dos principales frentes en la política argentina quedaron al rojo vivo estos últimos días.

Definiciones en el PRO y el rol de Mauricio Macri, por María Belén Aramburu

Las internas en los dos principales frentes en la política argentina quedaron al rojo vivo estos últimos días. La lucha encarnizada de los dirigentes que los integran, en una puja constante por ocupar los lugares de visibilidad que las elecciones del próximo año requiere, tuvo su ápice, dejando más dudas que certezas, en un panorama extremadamente incierto, con las expectativas puestas en los casilleros de las listas por armarse dentro o fuera de las primarias que, por el momento, y ley mediante, anteceden a las elecciones generales.

El PRO debió reunirse luego del entredicho entre la jefa del partido, Patricia Bullrich, y el Jefe de Gabinete del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Felipe Miguel cuando ésta le dijo que “la próxima vez te rompo la cara”, luego de que, por los medios, Miguel la hubiera acusado de ser “funcional al kirchnerismo”. Si bien cada uno por su lado contaba con el apoyo de adhesiones a sus respectivas posiciones, esto también sumaba una división que se profundizaba, aún más, al compás de las palabras. Seguramente esta pelea, con un video que se hizo público y viral, sirvió de puntapié inicial para aclarar unos cuantos tantos, no dejar pasar enfrentamientos por candidaturas, e ir por las definiciones de quiénes serían los postulantes.

El PRO, dentro del frente que integra, fue entonces el que, mediante una reunión partidaria, salió con tres nombres de candidatos, de boca del presidente del bloque de Diputados, Cristian Ritondo: Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. Pero quedó pendiente el del ex presidente Mauricio Macri. Según afirmó el propio Ritondo, quien actuó de vocero de la reunión para, de esta manera, evitar diferentes expresiones sobre el mismo tema, atendiendo a las rispideces que antecedieron el encuentro, Macri “nunca dijo que lo quería ser”, lo cual es cierto. Por su parte, Diego Santilli, que se juega su postulación para la gobernación de la provincia de Buenos Aires, pateó la pelota para afuera señalando los errores del gobierno en materia económica, “por la bomba económica que está dejando el gobierno para el 2023”.

El rol del ex presidente Mauricio Macri será materia de definición. Y él lo sabe. Ritondo fue claro al respecto diciendo que “no se bajó porque nunca se subió” a una candidatura. Y reitero, es cierto. Si bien se ha mostrado fuera de la contienda política de las elecciones del próximo año como precandidato probable, se sabe que aún no lo ha descartado. Últimamente se ha mostrado como un moderador de su espacio, instando a dejar de lado nombres que busquen un protagonismo absoluto, para pasar a defender las ideas que les son propias al frente que integran, con un proyecto concreto que sea presentado en sociedad, que sea considerado plausible y representativo del electorado cautivo y por conquistar para el 2023. Quienes serán los que resulten los más comprometidos con estos ideales debiesen ser los que se presenten en las elecciones para candidatearse por la presidencia.

¿Y si Mauricio Macri decidiese presentarse? Sus oídos escuchan con frecuencia que debiese hacerlo, que mucha gente lo votaría, que quién mejor que él que fue presidente, que ya pasó por la experiencia de gobernar el país, que podría tener la oportunidad de concretar lo que fue el programa de lanzamiento de campaña en 2015, con un “primer tiempo” que dejó pendiente al segundo. De presentarse Macri como precandidato, dónde quedarían las precandidaturas anunciadas de Rodríguez Larreta, Bullrich y Vida? ¿Le darían pelea en una interna en las PASO? ¿Sería conveniente llevar esta interna a las elecciones primarias? ¿O habría que definirlas antes en un consenso interno partidario? De presentarse Macri, ¿alguno de estos precandidatos se correría del camino hacia la carrera presidencial?

La reunión del PRO puso también en boca del partido, la postulación del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Se sabe que Horacio Rodríguez Larreta quiere ser presidente de la Nación, se está jugando su carta a través de su segundo periodo consecutivo de gestión al frente del distrito, habiendo acompañado anteriormente a Mauricio Macri en las Jefaturas de gobierno porteño. Conserva, en su fuero más íntimo, que no pasa siquiera inadvertido en sus palabras y gestos, la esperanza, de ser el único precandidato. Mira las encuestas, se asesora continuamente, y tiene gestión para hacer campaña desde su cargo, compartiendo actos de gobierno con la ciudadanía y proyectándose a nivel nacional. Patricia Bullrich lo acusó hace poco de haberle planteado que retirara sus intenciones sobre su postulación, con la pretensión de quedar solo en la largada. Pero la presidenta del PRO siguió adelante y ya se aseguró su postulación pública a través de Ritondo, luego de la reunión.

La pregunta sobre qué pasaría si Mauricio Macri deseara ser candidato también y, sobre todo, le cabe al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Rodríguez Larreta pelearía esta batalla? De hacerlo, ¿sería dentro o fuera de las PASO? ¿Qué le convendría al PRO? ¿Y a Juntos por el Cambio? Lo que más desearía el Jefe de Gobierno porteño, es ir solo por Juntos por el Cambio si fuese posible. Y de no ser así, al menos por el PRO para darle batalla a los demás integrantes del frente a través de las PASO. Por el momento, compite con otros jugadores que no sólo aparecieron como aspirantes de un mismo proyecto si no que además, fueron oficialmente reconocidos como tales por el partido.

Lo que Juntos por el Cambio intenta evitar, son las heridas y malheridos que suelen dejar las confrontaciones entre dirigentes del mismo partido para establecer quiénes serán los precandidatos a presentar en las elecciones. Incluso, una vez definidos estos, y, como en el caso de Juntos por el Cambio son tres los partidos políticos que lo integran, aquellos que podrían dejar las decisiones de los votantes en las PASO tras definir quién se convertirá en candidato definitivo, también serían para tener en consideración.

Quedarían pendientes otras precandidaturas, las de la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica, ya que todos forman parte de Juntos por el Cambio. En este caso estos espacios deberían ir por sus propias internas a través de las PASO, o dirimirlas antes. De ser necesario, ¿desistirían de sus postulaciones en pos de una sola precandidatura de Juntos por el Cambio? Y, volviendo al planteo anterior, si Macri se presentara como precandidato, ¿buscarían enfrentarlo en las PASO? ¿O buscarían el consenso antes de las primarias? ¿Estarían dispuestos a ceder posiciones? ¿En qué medida las encuestas marcarían un rumbo para la elección de uno o varios precandidatos? ¿O se trata solamente del deseo de postularse bajo el nombre de un espacio o un frente? Habiendo dejado bien en claro sobre todo los radicales, su poder de territorialidad, ¿irán por la instalación de un precandidato propio y único para las elecciones en representación del frente? ¿Podrán imponerse? ¿Qué fuerza tendrá cada espacio para imponerse en Juntos por el Cambio?

Con los nombres y apellidos pronunciados por Cristian Ritondo para las precandidaturas del PRO, los referentes y probables precandidatos de la UCR y la Coalición Cívica, tienen un panorama más claro sobre quiénes giran las intenciones de ese partido al menos. Pero como tantas veces salieron a aclarar, los que se asoman en sus expectativas de competir por el primer puesto para la candidatura presidencial, exigen que se los contemple en igualdad de condiciones, sobre todo, después de las últimas experiencias electorales con sus correspondientes resultados. Y si bien, lo que se busca es la unidad del frente, algunos aseguran que, con una agenda anticipada de los potenciales candidatos, el diálogo entre todos, podría complicarse. También podría allanarse a sabiendas de dónde están los jugadores en el tablero de este juego. Por lo menos se han hecho más visibles e identificables. Pero allí van, con el norte puesto en encuentros de la Mesa Nacional de Juntos.

Al menos lo que todos los integrantes de Juntos por el Cambio saben, y algunos lo hacen en un plano más consciente que otros, es que, más allá de los nombres, el proyecto integrador con el que se pretende gobernar, es el que prevalece y debe prevalecer, por aquel que sea ungido con tal misión. Así se lo hace ver el votante que será quien defina las próximas elecciones y el destino de nuestro país.

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