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29/09/2022

Próximas elecciones en Brasil: su repercusión en la Argentina, por María Belén Aramburu

Nuestro primer socio y aliado comercial, que a su vez forma parte del Mercosur, puede tener una u otra inclinación, dependiendo quién la gobierne.

Próximas elecciones en Brasil: su repercusión en la Argentina, por María Belén Aramburu

Faltan apenas unos días para el próximo domingo en que se llevarán a cabo las elecciones en el país vecino. Será la primera vuelta electoral en la que, según la mayoría de las encuestas, Ignacio Lula da Silva podría quedarse con mayor caudal de votos que su contrincante, el actual presidente Jair Bolsonaro, quien apuesta a un segundo periodo presidencial, mostrándose descreído de los resultados de los que dan cuenta las encuestas que, a su vez, refieren a una polarización, de las más evidentes de las que se tengan registro en ese país. El requisito para que un candidato triunfe en primera vuelta es que obtenga el 50% de los votos más 1 válido, o sea, sin contar los nulos. De no ser así, el 30 de octubre habrá una segunda vuelta.

Nuestro primer socio y aliado comercial, que a su vez forma parte del Mercosur, puede tener una u otra inclinación, dependiendo quién la gobierne, lo cual es una materia conocida teniendo en cuenta que Lula Da Silva ya ha demostrado su inclinación a mirar y ocuparse de la región durante su presidencia, y el actual primer mandatario, Bolsonaro, ha venido enfocando relaciones comerciales más afines con los Estados Unidos, Europa y Asia.  La actual gestión brasileña ha provocado una balanza comercial desfavorable para la Argentina durante los últimos cuatro años, habiendo salido más dólares de los que entraron, con la falta que a nuestro país le hace tener divisas, en un contexto de escasez de reservas en el Banco Central, que debiesen provenir del comercio exterior y, de manera más accesible, de aquella derivada de la relación bilateral entre los dos países. Y si bien para nosotros es nuestro primer socio comercial, para Brasil ocupamos el cuarto puesto.

En el comercio internacional, Lula busca fortalecer el Mercosur para, desde allí, poder establecer un vínculo más estrecho con la Unión Europea, dándole un mayor impulso a la región, y buscando lazos con una mirada Sur-Sur con enfoque en América Latina y África. Para Bolsonaro, la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y la Asociación Europea de Libre Comercio, son los principales hitos a alcanzar.

Alberto Fernández se encuentra en las antípodas ideológicas de Jair Bolsonaro. Su relación, y la del kirchnerismo, no ha sido en buenos términos con el actual presidente brasileño. Recordemos cuando el Ministro de Economía brasileño invitó a la Argentina a retirarse del Mercosur si estaba “incómoda” con la “modernización” del bloque regional, ante la demanda de Brasil de rebajar el Arancel Externo Común, con el apoyo recibido de otro de sus socios, Uruguay. La Argentina se mantuvo firme, señalando que para el país “preservar la unidad del bloque regional” era “una política de Estado”.

Al cumplirse 36 años de la “Declaración de Foz de Iguazú”, que dio origen al Mercosur, firmada en aquel entonces por los presidentes, José Sarney, y Raúl Alfonsín, en el Día de la Amistad Argentina-Brasil, la embajada argentina en Brasilia, fue sede del encuentro entre representantes de ambos países. En sus discursos, tanto Alberto Fernández, como Jair Bolsonaro, destacaron la amistad histórica que une a los dos países y, remarcando el futuro, centraron su atención en el importante proyecto binacional que consistirá en un gasoducto que unirá Vaca Muerta con el Sur de Brasil.

La estrecha relación entre los dirigentes del Frente de Todos y Lula Da Silva se remonta al periodo en que, además del Mercosur, ambos países integraban la UNASUR. La histórica relación entre Lula y Cristina Kirchner, data principalmente de cuando Néstor Kirchner era presidente. Los encuentros entre estos protagonistas de la política eran frecuentes, así como también los acuerdos que de ellos derivaban. Cristina Kirchner lo apoyó personalmente durante el juicio que se le siguió por corrupción pasiva y lavado de dinero por la llamada Operación Lava Jato, y por el que recibió una condena que lo obligó a pasar 580 días en prisión, sin poder presentarse a las elecciones presidenciales de 2018, demostrándole su más ferviente apoyo, al igual que cuando salió de prisión, en 2021, cuando el Supremo Tribunal Federal revocó su condena.

Lo cierto es que, mientras los ciudadanos brasileños centran sus expectativas en quién y qué partido puede brindarles respuestas sobre los problemas cotidianos de inflación, pobreza y desempleo, el candidato Lula Da Silva quien, ha venido manteniendo una buena relación con el presidente Alberto Fernández, refirió a estos temas domésticos de nuestro país, asegurando recientemente, que este “está estancado y el hambre en Argentina es muy alto”, además de aseverar que “la inflación está al 70% y no sé qué pasará en la Argentina”. Aseguró que “este empobrecimiento” es por “una falta de elección política de para quiénes quieres gobernar” y, después de criticar al ex presidente Mauricio Macri por el crédito solicitado al Fondo Monetario Internacional, que dejó “en aprietos” a Alberto Fernández quien a su vez “decepcionó a sus votantes”, manteniendo el acuerdo. Palabras que suenan más a su proximidad con Cristina Kirchner y el kirchnerismo y cuestionan al primer mandatario argentino.

El sueño de una “Patria Grande” en América Latina aparece con un eventual triunfo de Lula. Gobiernos de la misma tendencia en la región como Chile, Bolivia, Perú, Colombia y el nuestro, aparecen como una nueva proclama de intención de unirse bajo interés común que se verían reflejados en organismos multilaterales afines y con reclamos mancomunados en los Internacionales donde se encuentran con genuina representación.

La Argentina mira con atención esta elección, desde todos los ángulos posibles del panorama político, siendo que, celebrándose elecciones presidenciales el próximo año, habrá que ver qué rumbo ideológico y, con este, posicionamiento regional e internacional, alcanza nuestro país que, a su vez determinará la relación con Brasil, el resto de los países de la región, y el mundo entero.

María Belén Aramburu

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