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15/06/2022

Un avión y su tripulación bajo sospecha en nuestro país, por María Belén Aramburu

Al menos en el tramo final del viaje desde Caracas, con una escala en Ciudad del Este en Paraguay, se habría hecho con el transponder apagado, según parte de la presentación de la DAIA en la justicia, para no ser identificado por las torres de control.

Un avión y su tripulación bajo sospecha en nuestro país, por María Belén Aramburu

La política exterior, que muchas veces con los problemas domésticos a abordar, suele ser tratada en un segundo plano, salvo por alguna resonante noticia que explota en el aire y los medios de comunicación, establece una orientación de los lazos sostenidos o a sostenerse, para fundirse en alianzas más grandes o mas pequeñas, más funcionales o menos a los propósitos delineados por el gobierno de turno pero que, al fin y al cabo, deben resultar siendo útiles y mensurables, en un mundo globalizado y permanentemente cambiante.

En la política exterior, entre otras cuestiones por supuesto, se prevén situaciones y se estudian probabilidades de acontecimientos en base a un panorama mundial en el que subyacen conflictos, más o menos evidentes entre grupos de poder, que por la fluctuación y versatilidad del orden mundial, van mutando, reorganizándose en otro orden en el cual insertarse.

Con una investigación bajo secreto de sumario analicemos brevemente los elementos que tenemos a disposición y cómo se vinculan con la política exterior. Nos encontramos en nuestro país con la llegada de un avión bajo sospecha. La sospecha de sus recorridos, al menos en el tramo final del viaje desde Caracas, con una escala en Ciudad del Este en Paraguay, que se habría hecho con el transponder apagado, según parte de la presentación de la DAIA en la justicia, para no ser identificado por las torres de control. ¿Por qué buscó evitar ser detectado en una zona donde se sospecha la presencia de Hezbollah? Desde esa ciudad paraguaya partió hacia Aruba con un cargamento de cigarrillos estimado en US$755.000, mercancía de la tabacalera del ex presidente Horacio Cartés. ¿Un viaje de esta envergadura para semejante bajo precio de cargamento?, se preguntan algunos.

Recordemos que por el atentado terrorista con un coche bomba que sufrió la AMIA el 18 de julio de 1994, con un lamentable saldo de 85 personas asesinadas y más de 300 heridas, el gobierno de Irán de aquel entonces fue acusado de planificar el atentado y el grupo Hezbollah del Líbano, de ejecutarlo. Sin detenerme en todos los detalles, tanto fallidos como conducentes de la investigación judicial y sus consecuentes procesos, todavía existe una enorme deuda en cuanto a su esclarecimiento con nuestra sociedad por este atentado terrorista al igual que por el perpetrado contra la Embajada de Israel el 17 de marzo de 1992, que causó 22 muertos y más de 200 heridos. Por eso es tan sensible para todos la sospecha sobre este avión y su tripulación, cuando la aeronave está sujeta a sanciones de la OFAC, la Oficina de Control de Activos Extranjeros.

Proveniente de México tuvo como destino Ezeiza, no pudo aterrizar allí, fue a Córdoba, volvió a despegar, aterrizó en Ezeiza, dos días después intentó hacerlo en Uruguay, país que no la autorizó por las sanciones de la OFAC, razón por la cual se encuentra sin nafta y ninguna empresa le cargará, terminó haciéndolo en Ezeiza. Aquí aparece la política exterior en base a reglamentaciones internacionales como la que dispone el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos para administrar y hacer cumplir las sanciones económicas y comerciales basadas en su política exterior “y los objetivos de seguridad nacional contra países y regímenes extranjeros seleccionados, terroristas, narcotraficantes Internacionales...” “y otras amenazas a la seguridad nacional, la política exterior o la economía de los Estados Unidos”.

En el listado de la OFAC se encuentra Mahan Air, empresa que fue propietaria del avión cuestionado antes de pasar a manos de Emtrasur desde enero pasado. Los vínculos comerciales entre Irán y Venezuela se establecen en la década de los ‘60 , convirtiéndose en socios, continuando en los ‘70 y fortaleciéndose con la llegada de Hugo Chávez al poder, sobre todo en el área de producción energética. El apoyo que brindó al programa nuclear iraní generó preocupación en los Estados Unidos, gobernado en ese entonces por George Bush. Eran momentos en que el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, apoyaba a la organización terrorista Hezbollah en el Líbano. Son varios los países de la región que han establecido fuertes intercambios comerciales con Irán pero el contexto político de apoyo de Venezuela fue objeto de atención internacional en momentos en que gobernaba Chávez y en Irán Ahmadineyad. El tema es la objeción que con sanciones se ciernen sobre esta aeronave considerada peligrosa para la seguridad de cualquier país por la empresa de origen de venta.

El piloto de la aeronave tiene el mismo nombre de un miembro de la Guardia Revolucionaria Islámica Iraní, quien, siendo, administrador de una aerolínea iraní utiliza aviones para traficar armas a grupos terroristas. ¿Es un homónimo? Por ahora así parece y lo está afirmando la justicia en base a los datos obtenidos actualmente. Se trata de establecer, analizando toda la documentación, si alguno de los cinco iraníes de los diecinueve tripulantes, tienen algún vínculo con organizaciones terroristas. Sus pasaportes se encuentran retenidos luego de la prohibición ordenada por la justicia, de su salida del país. Tema sensible por cierto a raíz de los atentados terroristas en nuestro país.

El resto de la tripulación, es de origen venezolano. Son catorce. Transportaban autopartes para una empresa automotriz en un avión de carga. El número total de diecinueve le llamó la atención al Ministro del Interior paraguayo, Federico González. “Llamó la atención el número de tripulantes, el origen de ellos, principalmente de origen iraní, y la conformación o comunicación que recibimos de que era una empresa iraní sancionada por el Departamento del Tesoro (de los Estados Unidos)”, expresó el ministro del Paraguay. La versión de los instructores de vuelo, afirmada desde el gobierno por el flamante titular de la AFI, Agustin Rossi, fue cuestionada por varios sectores. Rossi afirmó que “no hay ningún dato que permita afirmar que hay una amenaza terrorista”.

De no existir las sanciones de la OFAC respecto de la aeronave que ingresó a nuestro país, estaríamos fuera del contexto de un análisis de alguna supuesta vinculación con grupos terroristas. La sospecha amerita toda la investigación correspondiente además del cuestionamiento al ingreso del avión, materia sobre la cual se irá avanzando a lo largo de estos días con la exigencia de su absoluto esclarecimiento.

María Belén Aramburu

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