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16/02/2022

Ucrania: ¿Guerra, guerra fría o paz?, por María Belén Aramburu

Ucrania: ¿Guerra, guerra fría o paz?, por María Belén Aramburu

La pregunta del título de esta editorial sólo puede ser respondida por sus protagonistas. Y éstos son principalmente tres: Ucrania considerado como espacio geopolítico, Rusia y los Estados Unidos. Pero desde ya que no son los únicos actores. Desde occidente juegan fuerte los miembros de la OTAN, Organización del Tratado del Atlántico Norte, cuyo origen se remonta a la firma del Tratado de Washington de 1949, como un sistema de defensa colectiva que conlleva a la defensa de cualquiera de sus Estados miembros de ser atacados por una potencia externa a ella. Los diez miembros que dieron lugar a su nacimiento se extendieron a treinta. Más allá de ser considerada en sus comienzos una asociación política, la conformación de una estructura militar la fortaleció.

La contrapartida a la OTAN fue el Pacto de Varsovia, aunque algunos de sus miembros se incorporaron a la OTAN como resultado de haberse mejorado las relaciones con los países del Este. Dos de los artículos de la OTAN pueden jugar fuerte por estas horas. Uno de ellos es el cuarto, por el cual se llama a consulta a sus miembros, y otro es el quinto, por el que se reivindica ayuda en defensa de alguno de los integrantes. Tal es así que, en 2014, durante la crisis de Crimea, cuando tropas rusas se movilizaron en la frontera polaca con Kaliningrado y se advirtieron maniobras de los rusos en el mar Báltico, se invocó la cuarta cláusula. La misma Ucrania pidió, hace poco, ser reconocida como miembro de la OTAN pese a que ese trámite no prosperó.

La escalada verbal y por ahora de amenaza bélica con tropas rusas desplegadas en la frontera y la aseveración y convencimiento de parte de los Estados Unidos de una próxima invasión rusa a Ucrania, ha llegado a la consideración de parte del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, a desplegar miles de tropas estadounidenses al igual que los aviones y buques de guerra de sus aliados de la OTAN ubicados en Europa del Este y el mar Báltico, aunque por ahora ninguna opción militar está prevista.

El ejército ucraniano, por su parte, cuenta con entrenamiento brindado por los Estados Unidos para ejercer su defensa ante una invasión, pero su capacidad se vería muy disminuida para enfrentar a las tropas rusas de ser necesario. No es ningún secreto que el primer mandatario Vladimir Putin, busca reubicar a Ucrania en la órbita de Rusia y podría ser por la fuerza.

Estados Unidos se ocupó de recordarle a Putin las severas sanciones que en 2014 le impuso a Rusia luego de la anexión de Crimea. Cuando Ucrania derrocó a su presidente que orientaba su brújula hacia Rusia, el ejército ruso pasó a ocupar el territorio ucraniano anexando a Crimea, impulsando lo que se conoció como la rebelión de los separatistas en el este de Ucrania. Advertido Putin sobre la posibilidad de peores sanciones que las de 2014, se podría llegar a una ruptura total de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

La ex Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, devenida en Rusia, añora el conglomerado de países satélites que supo tener y fue perdiendo al compás de los tiempos. Ucrania fue uno de ellos. El tiempo, también, avivó un fuego más nacionalista entre los ciudadanos ucranianos, muchos de ellos dispuestos a impedir una invasión rusa que implicaría el regreso a sus huestes. Ya Rusia había presionado a la OTAN para que no aceptase la demanda de ingreso como miembro, propuesta por Ucrania, además de una garantía de no expansión hacia el Este.

El Ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, aclaró que su país había concluido algunos de sus ejercicios militares, que otros terminarían en breve, sin anticipar qué pasará después.
Cuando Angela Merkel era canciller, ella, poderosa y de fluida conversación rusa y con buena llegada a Putin, podía mediar. Ahora, su reemplazante, será quien intente cubrir esa misión.
En un mundo interconectado y entrelazado, los actores, como hemos visto, son varios. La geopolítica se está moviendo vertiginosamente en Europa del Este con los ojos puestos en los intereses de ese continente y de los Estados Unidos en vistas a la pretensión de un reordenamiento que más que regional, huele a mundial.
La guerra, guerra fría o paz depende de estos actores en el mapa mundial. Hoy en día se puede suscitar un conflicto bélico. Pero, aún más, cualquiera puede apretar un botón, literalmente hablando. Cualquiera de las posibilidades está entre estos protagonistas.

María Belén Aramburu

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