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05/03/2021

Los vaivenes con el FMI, por María Belén Aramburu

La deuda con el Fondo asciende a US$ 44.000 millones

Los vaivenes con el FMI, por María Belén Aramburu

Se negociará con el Fondo Monetario Internacional?
 
Aparecieron las dudas luego del discurso del presidente Alberto Fernández en la Asamblea Legislativa que dio inicio a las sesiones ordinarias del Congreso y de la declaración de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la causa por la administración del dólar futuro durante los últimos meses de su segundo mandato de gobierno.

El presidente Alberto Fernández expuso que ha instruido a las autoridades permanentes para que “formalmente inicien querella criminal tendiente a determinar quiénes han sido los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y la mayor malversación de caudales que nuestra memoria recuerda” agregando que lo que se plantea “también parece ser compartida en el seno del mismo Fondo Monetario Internacional”. Sobre este último punto me detendré más adelante. El presidente hizo alusión a “poner fin a las aventuras hipotecarias”, que “nuestro país ya conoce lo que es estar endeudado” y que “los recursos que ingresaron sólo hayan posibilitado la más asombrosa fuga de divisas que nuestra historia registra”.
 
La contrapartida del macrismo sería denunciar ante la justicia al actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, por entonces Ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner, por lo que califican de “acuerdo exprés” con el Club de París por US$ 3.700 millones, deuda que deberíamos pagar este año, antes de cualquier desembolso con el Fondo Monetario Internacional de hacerse.
 
La deuda con el Fondo asciende a US$ 44.000 millones, que en realidad era de 55.000 millones, hasta que se puso un “stop” a lo previamente acordado por el gobierno anterior. Además, hubo un cambio en la titularidad del Fondo, tema del cual también hablaremos más adelante, porque nos concierne.
 
La política se entremezcla por supuesto en todos estos temas de orden económico derivados a la justicia para escuchar de boca de la vicepresidenta la acusación que sobre el Poder Judicial hace argumentando que su accionar “incidió en el proceso electoral “ contribuyendo a que el ex presidente Mauricio Macri ganara las elecciones, agregando... “y ellos vinieron a devaluar”, ya que el caso comenzó en noviembre de 2015, entre las dos elecciones nacionales para definir quién iba a gobernar el país. Si bien no voy a desarrollar la acusación que pesa sobre la vicepresidenta en relación al dólar futuro, los ubico en el contexto en el cual les endilgó a su vez responsabilidad a los jueces por la deuda de US$ 44.000 millones. Y a tono con sus denuncias hacia el gobierno anterior, se refirió a que “hicieron una devaluación de un 40 o 50%”. Y volviendo al tema de la deuda con el Fondo, afirmó que “lo que hizo Mauricio Macri con el préstamo del FMI violó todas las normas internas de la administración pública”.
 
Cuando la vicepresidenta refiere a que “trajeron de vuelta al Fondo Monetario Internacional” recuerda la gestión de Néstor Kirchner de haber resuelto pagar la deuda con el propósito de no contraer nuevamente una deuda con el organismo financiero internacional. Esto también refiere a una pauta establecida por el kirchnerismo sostenido durante los dos mandatos en que la actual titular del Senado ejercía la presidencia, principio modificado por el macrismo cuando toma el préstamo stand by.
 
La política pone cara a cara a los principales contrincantes de la próxima contienda electoral en la que la composición del Congreso juega otra vez una pulseada y la captación de votos parece cada día más complicada al compás de los desencantos de unos y otros, ubicados en ambos lados del electorado.
 
Debiese haber una posición clara respecto de qué rumbo se debe tomar con el Fondo Monetario Internacional. Las dudas generan impedimentos para acceder al mercado internacional para requerir de dinero e inversiones, debiendo recurrir al mercado local y emisión monetaria. El diario británico Financial Times aseguró que Cristina Fernández de Kirchner está presionando para que se postergue el pago al organismo con la intención de evitar se efectúen ajustes antes de las elecciones y este gobierno cargue con la consecuencia de la aplicación de los mismos.
 
Por otra parte de la acusación del presidente Alberto Fernández en consonancia con la de la vicepresidenta y el tono de ambos hacia el ex presidente Mauricio Macri se encadena a su vez con una interna no resuelta dentro del propio seno del organismo internacional agudizada cuando el mando de Christine Lagarde pasó a manos de Kristalina Georgieva. La primera afín al ex presidente Macri. La segunda al presidente Fernández. Pero quedó pendiente de resolución las responsabilidades que se atribuyeron a la gestión de Lagarde y varios de sus funcionarios en la concesión del crédito a la administración anterior, cuestión que se reflota nuevamente cuando la Argentina también lo toma como una bandera propia alzada por el actual gobierno.
 
No sin aval de Alberto Fernández y su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el Ministro de Economía, Martín Guzmán, tiene una misión en los Estados Unidos entre el 22 y el24 de marzo. En el marco de su visita al país gobernado por Joe Biden y esperando una señal positiva hacia nuestro país de parte de esta administración que tiene un peso enorme en las decisiones del Fondo, se reunirá con Kristalina Georgieva.
 
Sin dólares para poder afrontar embates internos, y menos para devolver el préstamo, considerado a su vez que debemos pagarle antes nuestra deuda al Club de París, no se sabe qué plan tiene el gobierno para establecer negociaciones con el Fondo.
 
Por un lado, existiría la posibilidad de pagar a 10 años. Un plan de facilidades extendidas que amplía plazos de pagos de capitales e intereses, sería lo más probable y una de las propuestas más aceptadas de pago. Convengamos que el fantasma de no pagar y caer en el tan temido default siempre estuvo, subsanado cuando se le pagó a los acreedores privados a través de un acuerdo que podía ser mejorado cuando se pactase con el Fondo.
 
Pagarle al Fondo Monetario significa cumplir con los compromisos y obligaciones asumidos por nuestro país. No hacerlo tiene sus consecuencias. Pagarle también tiene sus consecuencias de orden económico, fiscal y político, sobre todo en un año de elecciones que se avecinan con rumbos inciertos.
 
El acuerdo con el FMI no admite dilaciones. Si es a 10 o a 20 años, pretendiendo no establecer ajustes en el presupuesto que pudiesen alterar las condiciones de política económica y la vida de la gente en un contexto de pandemia y crisis derivada de la misma, cambia las condiciones para un país sin dólares para afrontar su deuda, entre otras cuestiones.

Por María Belén Aramburu

 

 

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