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15/12/2021

Internas en todos los frentes, por María Belén Aramburu

Luego de las elecciones de medio término los diferentes partidos muestran fracturas en sus filas

Internas en todos los frentes, por María Belén Aramburu

Pasaron las elecciones de medio término y aunque no lo digan en voz alta, hasta sería políticamente incorrecto, varios funcionarios y dirigentes políticos están vislumbrando la probabilidad de convertirse en candidatos a distintos puestos en las próximas elecciones en las que se conjugan la presidencia y vicepresidencia de la Nación, gobernaciones, bancas del Congreso nacional y provinciales, intendencias, puestos de concejales y otros cargos institucionalmente electivos.

El panorama de futuras elecciones tendrá características similares a las del 2019 en cuanto a enfrentar principalmente a dos agrupaciones con enfoques ideológicos opuestos. Estas dos agrupaciones a su vez están mostrando feroces fracturas internas que se verán manifestadas en el comportamiento de los miembros del Congreso Nacional, hace poco asumidos en sus bancas, aunque algunos no posicionados aún. Elecciones de 2023 que avizoran partidos recientes con fuerte respaldo de sus votantes como el caso del liberalismo con la mejor representación visible en este sentido por Javier Millei además de José Luis Espert y de los tradicionales partidos de izquierda que mostraron un crecimiento sostenido hasta impactar con él en las últimas elecciones con las caras de Nicolás del Caño y Miriam Bregman entre sus mayores exponentes que ya forman parte del Poder Legislativo nacional y de los congresos provinciales que los sostendrán entre sus bancas.

La última explosión interna fue en el seno del Frente de Todos. Esta vez tuvo su ápice en la provincia de Buenos Aires. Ya se venía gestando desde la candidatura de Máximo Kirchner para ejercer la titularidad del Partido Justicialista del distrito. Y llegada la elección y su resultado y la presentación “en queja” por parte del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, ante la Corte Suprema que implica judicializar resultados electorales partidarios, el peronismo en su vertiente considerada como más tradicional, aparece enfrentándose una vez más a La Cámpora con el jefe del bloque de Diputados del Frente a nivel nacional a la cabeza de esta agrupación política. Una muestra más del lugar de cada uno se pone de manifiesto en la ausencia del presidente Alberto Fernández en la asunción de Máximo Kirchner como presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires. El argumento de no querer quitarle protagonismo se desvanece ante la demostración pública de internas partidarias.

El Frente de Todos ya venía manteniendo sus públicas diferencias a través del presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, sobre todo después de las elecciones legislativas. La provincia de Buenos Aires fue centro de las miradas del Frente ante los resultados electorales y la brecha entre el kirchnerismo y el peronismo más tradicional y aquel que ha mostrado distintas derivaciones y vertientes se agudizó, al igual que el enfrentamiento entre La Cámpora y el resto del peronismo, incluso, del resto de la corriente kirchnerista.

El otro gran episodio de internas lo tuvo a Juntos por el Cambio como protagonista. Siendo la Unión Cívica Radical uno de sus partidos integrantes, el enfrentamiento verbal entre el gobernador de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales y el Senador Martín Lousteau, salpicó al Frente opositor, ya que sus diferencias están básicamente centradas en sus identificaciones con dirigentes políticos del Frente y la manera como pretenden sea encarada la conformación de la agrupación política en vistas al ejercicio de su rol opositor en el presente y las próximas elecciones presidenciales a futuro que conlleva la diagramación del proceso electoral en sí además del programa de gobierno que marque sus diferencias con el actual oficialismo. Si bien el estallido del radicalismo había aparecido hace un tiempo atrás, su ebullición llegó a un clímax que pudo frenarse aunque permanecía latente, expresado antes, durante y después de las PASO y las legislativas de este año. Su interna partidaria tenía como mar de fondo los ruidos del oleaje tumultuoso de las adhesiones a los grandes protagonistas del partido como su titular, Alfredo Cornejo, el diputado por Córdoba Mario Negri, además de los anteriormente mencionados Gerardo Morales y Martín Lousteau, entre otros. Su estallido fue el estallido de la oposición que repercutió en la división en bloques, algunos de ellos unipersonales, en el Congreso Nacional, apenas se produjo la asunción de los flamantes legisladores. Morales representando al radicalismo más tradicional, a veces cuestionado por su mirada benevolente hacia el oficialismo, y Lousteau al dirigente con más aspiraciones que las de un legislador y con la estrecha cercanía que continúa manteniendo con el Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, uno que pisa fuerte para el 2023.

El Congreso variopinto que todavía no pudimos ver tendrá en sus bancas a senadores y diputados que en base a la conformación de sus bloques con viejos y nuevos integrantes, tendrá a su vez un giro inclinado hacia la derecha y hacia la izquierda respecto del lugar que los votantes le otorgaron a los partidos de ambos extremos ideológicos que, a su vez, se posicionarán en un lugar u otro del péndulo legislativo a medida que se vayan exponiendo los proyectos de ley, con la expectativa de que sean éstos y no decretos a aprobar, a lo largo del periodo de sesiones ordinarias y extraordinarias.

María Belén Aramburu

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