Bullrich recalcula y se reperfila en busca de votos

Si bien todo Juntos por el Cambio debe y está recalculando y reperfilándose, el caso de Patricia Bullrich es más puntual, resultando que fue electa candidata por las presidenciales para competir en las elecciones generales, en busca de los votos afines, para conservar los que le son propios, los que quizás lo fueron para ahora encontrarse emigrando hacia las filas del libertario Milei, los votos que en las urnas eligieron al Jefe de Gobierno porteño como candidato, y los de aquellos que no votaron y se especula que muchos de ellos lo harán, intentando alcanzar definiciones en las elecciones que son más definitivas y que, por su esencia, se diferencian de las PASO.

Analizando más finamente la cuestión sobre el destino de los votos, Patricia Bullrich debe conservar a los votantes que, en las primarias, le dieron un sí rotundo, llevándola a proclamarse como candidata presidencial para las elecciones generales. Pero algunos de estos votantes, estaría mirando con simpatía, las ideas de la ultra derecha que representa el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, ideas que están sostenidas por una ideología liberal, que es la que sustenta la misma Bullrich, aunque con diferencias en sus aplicaciones empíricas, como ya lo han estado explicando los economistas que la acompañan, tal como la dolarización de la economía, por ejemplo, con la que no concuerdan. Pero, tanto la candidata de Juntos por el Cambio, que no se esfuerza en buscar los puntos débiles cuando se le presenta la oportunidad, de quien le saca y puede sacar ventaja con los votos de la derecha política, como también el ex presidente de su espacio, Mauricio Macri, quien, en su discurso después de las PASO, unió, simbólicamente, votos propios, los que se encuentran consustanciados con su mandato y la figura que él representa, y los obtenidos por Patricia Bullrich, con los del candidato libertario, colocan a Bullrich en una posición más moderada que su contrincante, y hasta más desdibujada.

Mantener a los propios y evitar su fuga, no es tarea fácil para una candidata que compite con un contrincante que incluso alega que ella le saca sus slogans e ideas de campaña, que tiene una inmensa visibilidad a través de los medios convencionales y las redes, por su triunfo en las primarias que lo convirtieron en el candidato más votado, sino que a su vez ahora cuenta con su intervención en los programas del espectáculo, ya que de él se habla también por su promocionado romance con Fátima Flores, pudiéndole ser facilitado el acceso a la veloz propagación de su programa para un eventual próximo gobierno en sus manos.

Cautivar el voto que fue a parar a las urnas de Horacio Rodríguez Larreta, también resulta un desafío, ya que el Jefe de Gobierno se mostró más moderado respecto de Bullrich, y aperturista, en relación con el frente que integran, tomando esas banderas como puntos inflexibles y claros de diferenciación de su competencia partidaria en las PASO. La diferencia respecto de Larreta, también tuvo que ser marcada por Bullrich para obtener su distinción a la hora de la votación de la ciudadanía, la cual fue alentada en su oportunidad por quién representaba un cambio profundo, que no fuera efímero ni de maquillaje, para dar vuelta la situación de un país que estuvo bajo un gobierno kirchnerista una vez más. Por lo cual, si los votantes de Patricia Bullrich se vieron identificados con su figura y programa de gobierno, que se mostró diferente del de Horacio Rodríguez Larreta, tras un enfrentamiento feroz entre ambos candidatos del frente opositor, ¿qué convencería a los que apoyaron al Jefe de Gobierno porteño a votar por Patricia Bullrich? Pese a que Larreta se viene mostrando como un aliado de la candidata electa, ¿adónde irán a parar esos votos que se supone que también lo son de Juntos por el Cambio?

Y le queda el voto de los que no participaron de las PASO, que habría que ver por qué no lo hicieron, si por apatía, desinterés, falta de convencimiento de los precandidatos que se presentaron para confirmar sus candidaturas, y de ser este último el motivo, qué los podría incentivar a votar y además inclinar su voto hacia Patricia Bullrich en representación de Juntos por el Cambio.

Además Javier Milei se ocupó de denostar al frente, al señalar que lo que le impidió al ex presidente Mauricio Macri, desarrollar una mejor gestión a cargo del Ejecutivo, fueron sus aliados políticos, y de coquetear con él ofreciéndole, en una eventual presidencia del libertario, un cargo plenipotenciario con amplias facultades, quedando a definir el cargo y las facultades, demostrando que lo quiere jugando en su equipo. La jugada de Macri consistió en patear la pelota para el que viene siendo su equipo hace varios años, el que le permitió llegar a la presidencia, pasándole la pelota a su candidata para las PASO, para que Bullrich pueda convertir los goles. Y, si bien fue Milei quien metió la cuña en Juntos por el Cambio, bien sabe este frente político que debe recalcular y redefinirse con y entre sus socios, sin olvidarse que cada uno de ellos, en su inicio, necesitó del otro para jugar el campeonato de las elecciones y hacer viable su propuesta en el escenario político, después de doce años de gobiernos kirchneristas y dos períodos consecutivos de gestiones del PRO a través de Mauricio Macri, en la Ciudad de Buenos Aires.

En estos últimos días el eje de la economía, tema fuerte del candidato Javier Milei, por ser economista, se corrió al de la inseguridad, debido, lamentablemente, a los saqueos a comercios y supermercados en distritos puntos del país. La economía, por la creciente inflación y devaluación, salarios y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, seguirá siendo tema central. Pero la inestabilidad y el clima violento y de inseguridad reinantes, sitúan a los saqueos en primer lugar en la agenda del gobierno y de los candidatos.

Es en la coyuntura actual en la que Patricia Bullrich habla a través de lo que fue, principalmente, su gestión al frente del Ministerio de Seguridad de la Nación, bajo la presidencia de Mauricio Macri. Criticó la “falta de autoridad del gobierno”, cuestionó la ausencia de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, la falta de acción del Ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, pidió que un fiscal actúe de oficio y envíe a detener a Raúl Castells, quien se atribuyó el despliegue en torno de los saqueos de los últimos días, además de considerar “una locura” la acusación de la portavoz gubernamental, Gabriela Cerruti, sobre la responsabilidad que le atribuyó a Javier Milei como “organizador de los saqueos”. Anteriormente, Bullrich había señalado que el gobierno tenía que “pedir estado de sitio” si perdía el control de la calle.

“La solución frente al caos es el orden”, afirmó Patricia Bullrich, alzándose como gestora del orden, que fue el gran caballito de batalla que tuvo en la interna de Juntos por el Cambio, y que en el actual y lamentable desorden, le sirve para esgrimir sus atributos en representación de su faceta al frente de la seguridad. Y así como el gobierno, a través de Cerruti, señaló a Javier Milei como “organizador” del caos, fue el Ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, quien la puso en el centro de la escena para mostrarla como “beneficiaria” de lo que ha ocurrido.

Mientras todo esto ocurre, y Patricia Bullrich se calza el traje de eventual presidenta, el primer mandatario, Alberto Fernández, finalmente salió a hablar, llamando a “cuidar la paz social”, y explicando su silencio por la razón de que él no era candidato, Gabriela Cerruti fue denunciada por un legislador de Milei por haber acusado al candidato de estar tras los saqueos y el Ministerio Público Fiscal de la provincia de Mendoza abrió una causa con el fin de investigar la posible comisión de delito de parte de Castells.

Por estos días, fueron los probables ministros y colaboradores en el área de economía que prepararon el programa a ser presentado en sociedad para una eventual gestión gubernamental de Patricia Bullrich los que se mostraron públicamente no sólo para explicarlo, y someterse a preguntas que requieren respuestas y, sobre todo, soluciones urgentes, sino también para mitigar el enorme peso que Javier Milei tiene por ser economista y por las novedosas propuestas que lleva adelante, interés creciente que ha suscitado a la par del aumento de su caudal de votos, demostrado en los números obtenidos en las PASO.

Por el momento, Patricia Bullrich tiene la responsabilidad de erigirse como opositora responsable en los principales temas que preocupan y conciernen a la ciudadanía, a la vez que mostrarse como una candidata que, desde la presidencia, podría resolver los principales problemas de los argentinos.
Enviado desde mi iPad.

María Belén Aramburu