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30/03/2018

#EditorialHi: "Urgente solución a la pobreza", por María Belén Aramburu

#EditorialHi: "Urgente solución a la pobreza", por María Belén Aramburu

“Quienes lograron salir de la pobreza es la espuma, la crema de los pobres” afirmó el director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, Agustín Salvia. Urgente es la solución que se le debe dar a la pobreza.Y aclaro, como lo hago siempre, hablar de cifras y porcentajes me parece muy frío. Y duro. Pero hay que hacerlo. Trazar un diagnóstico es fundamental. Analizarlo más. Y solucionarlo fundamental y urgente. Porque cada persona que es pobre o indigente sufre mucho y no sabe, en la gran mayoría de los casos, cómo salir de esta situación. Y el Estado es el responsable de brindar las soluciones. A todos y cada uno de ellos. Porque cada persona que atraviesa esta situación, causa dolor. Por lo menos a mí me lo causa, y mucho.La pobreza urbana se redujo del 30,3% a 25,7% en el último año. De 12.300.000 se pasó a 10.400.000, vale decir, 1.900.000 personas en estado de pobreza menos.La indigencia descendió de 6,1% a 4,8%, lo que significa 600.000 personas indigentes menos. De 2.500.000 a 1.900.000. Encontrarse en estado de indigencia significa que no se tienen ingresos para comprar la canasta básica de alimentos.¿Por qué baja la pobreza? Porque, según el INDEC, aumentan el empleo formal e informal, en especial la construcción y el cuentapropismo. Se considera que algunos que, perteneciendo a la población económicamente activa estaban desempleados, pasaron a estar ocupados y contar con un ingreso, incrementándose de este modo, la masa salarial.Cabe aclarar que el año pasado, los salarios que más aumentaron fueron los de los “no registrados”, o sea, “en negro”.La reactivación de la obra pública y la construcción, que de por sí se sabe tienen un efecto multiplicador en la economía, ocupan mano de obra no especializada que proviene de sectores pobres y permitió el ingreso al mercado laboral y llegar, en parte a los actuales índices.Si bien hubo una desaceleración de la inflación del 2016 al 2017, la de este año se proyecta con un índice semejante al del año anterior, por lo que el 15% queda lejos de lo pautado en la ley de presupuesto nacional y, desde ya, en el margen de negociación ente trabajadores y empresas y entre trabajadores y Estado. De hecho, los docentes no aceptaron el 15% de aumento con revisión y sin cláusula gatillo porque la proyección será más alta y la pérdida del poder adquisitivo también, sumándose la pérdida por inflación del año pasado.Los ajustes de tarifas pueden tener un impacto muy fuerte en cambiar los índices que hoy algunos celebran. Y si bien, había un desfasaje desde el punto de vista técnico, al mismo tiempo que desigualdades entre tarifas cobradas en distintas zonas de país, como el caso de la Capital Federal y las provincias, hay un aspecto humano y social del cual nadie, desde el poder político, se puede desvincular, eso es, la incapacidad de pago de las tarifas mas allá de la existencia de las sociales que sólo comprende a aquellos que reúnen ciertos requisitos y a los que no, los deja al margen, sin considerar su incapacidad de pago por sus bajos salarios, muy por debajo del crecimiento de la inflación y del tan mentado cuadro tarifario. Con décadas de pobreza en nuestro país, con índices cercanos al 30%, con una pobreza estructural, el Estado debe hacerse cargo de manera urgente de este problema que socava profundamente la dignidad humana, y hacer el esfuerzo de subsidiar a los más necesitados.Por María Belén Aramburu

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