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05/12/2023

Argentina y el cambio climático mundial

Entre las medidas, se buca limitar el aumento de la temperatura global a 1.5º Celsius respecto de los niveles preindustriales y alcanzar emisiones netas cero en 2050.

Argentina y el cambio climático mundial

La Conferencia de las Partes, conocida como COP, ha sido creada por las Naciones Unidas el 21 de marzo de 1994, como un foro multilateral de toma de decisiones sobre cambio climático al que asisten anualmente, casi todos los países del mundo, con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5º Celsius respecto de los niveles preindustriales, alcanzar emisiones netas cero en 2050 además de ayudar a las comunidades más vulnerables a adaptarse a los efectos de este cambio, entre otras medidas que fueron firmadas en el Acuerdo de París en 2015.

Son los Emiratos Árabes Unidos los que desde el 30 de noviembre hasta el 12 de diciembre los anfitriones de 198 naciones, con sede en la ciudad de Dubai. No es casualidad que la vigésima octava Conferencia, sea organizada por una de las principales naciones productoras de petróleo y gas, cuando el propósito es centrar la atención en el abandono de esta forma de producción de energía. De hecho el 29% de los ingresos de los Emiratos están vinculados a estos dos recursos energéticos.

Como habrán percibido, la temporalidad del encuentro coincide con el actual gobierno y el próximo por dos o más días de extenderse en el tiempo. Ni el presidente Alberto Fernández ni el Ministro de Ambiente Juan Cabandié estarán presentes. La representación del país es asumida por un equipo negociador encabezado por la secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación, Cecilia Nicolini. Sobre si por la Argentina debiese estar el primer mandatario o el ministro, consulté al Ingeniero Ramiro Calafell Carranza, Director de la Carrera de Ciencias Ambientales y Coordinador del Instituto de Medio Ambiente y Ecología de la USAL, quien afirma que “a las COP puede ser que asista un funcionario y/o cuadros técnicos a cargo del cambio climático de menor jerarquía, sobre todo si el ministro a cargo dejará de cumplir sus funciones en medio de su desarrollo” pero que “la representatividad de nuestro país debe estar asegurada, por haber firmado y ratificado el convenio, siendo parte del mismo”.

Por su parte, desde el espacio político de La Libertad Avanza, se decidió que no se enviará ningún delegado para los dos últimos días, siendo que “prácticamente la totalidad del encuentro sucederá aún en el gobierno de Alberto Fernández”. También se sabe que no se tiene pensado hasta el momento sostener la existencia del Ministerio de Ambiente. Más bien, y en consonancia con la desaparición de esta cartera, el presidente electo Javier Milei, durante el debate presidencial antes de las PASO, había argumentado que “las políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas y lo único que buscan es recaudar fondos para financiar pagos de socialistas que escriben papers de cuarta”.

Durante conversaciones que he mantenido con franceses que viven en la Argentina, me ha llamado la atención la conciencia que tienen sobre el cambio climático y el énfasis que le dan a la “descarbonización”, convicción que proviene de la cúpula gubernamental y es registrada y concretada por la ciudadanía en su conjunto. Sin ir más lejos, leí un artículo en un medio francés, sobre los Juegos Olímpicos que se van a llevar a cabo en Francia en 2024, en el que la huella de carbono de los millones de platos de comida que serán servidos a los 15.000 atletas que participarán de este evento, será supervisada de tal modo que un cuarto de los alimentos serán cultivados a menos de 250 km de París, evitando el transporte, y utilizando las estructuras ya existentes, como las escuelas aledañas que estarán vacías durante ese tiempo por vacaciones de verano, para cocinarlos.

Tal es así que fue el presidente francés, Emmanuel Macron, quien, en Dubai, en el marco de la COP28, aseguró que espera que Javier Milei “se sume en lo que respecta a las cuestiones climáticas porque verá que esto también es bueno para su país”. Y otro punto que deberá encarar el libertario a partir del 10 de diciembre, y que atañe a la política exterior de nuestro país, es el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, resistido especialmente por Francia porque “no toma en cuenta la biodiversidad y el clima”, siendo, según el primer mandatario de Francia, “un acuerdo comercial anticuado” que se reduce a “desmantelar aranceles”, apuntando principalmente a Brasil por su política forestal, para lo cual pidió que “la comunidad internacional y la Unión Europea deben ayudarlos y darles créditos de carbono para que no deforesten”. En el 2024 Macron visitará Brasil y se reunirá con Lula da Silva, quien había advertido sobre el “proteccionismo” de Francia hacia sus productos y la “penalización” que cabría de aceptar el acuerdo. Desde ya, Argentina jugará su parte de acuerdo con la política exterior que trace, y su rol será fundamental para el desarrollo de esta iniciativa.

Ahora bien, ¿cuál es la parte que le compete a la Argentina respecto de su responsabilidad en la emisión de gases de efecto invernadero? “No llega al 1%, la última medición fue del 0,7%, por lo que es mucho menor”, afirma Ramiro Calafall Carranza, por lo que “es importante la participación de la Argentina desde el punto de vista político porque se gestan acuerdos más allá del acuerdo marco general”, agregando que incluso Gran Bretaña se cuestiona su participación “cuando argumenta que cualquier política pro climática que el Reino Unido implemente va a tener un bajo impacto sobre la emisión global para lograr un máximo de 2ºC de temperatura según lo firmado en el Acuerdo de París”. Pero, según sostiene Calafall Carranza, “la Argentina siempre prestó su colaboración con los bonos de carbono, los bonos verdes, de modo de colaborar en la reducción de la emisión de gases, aunque sea de manera indirecta”.

La Argentina aporta menos del 1% de las emisiones de gases de efecto invernadero, que en conjunto, con toda América Latina, suman un 14%, por lo que la acción climática, según argumentan algunos, debería ser diferenciada de los países industrializados, exigiéndoseles a los primeros niveles de compromiso que no siempre son cumplidos por quienes lo reclaman. “Estos acuerdos, como el acuerdo marco de cambio climático y las cumbres internacionales”, asevera Calafall Carranza, “son de cumplimiento voluntario más que una obligación, siendo un compromiso que concierne no sólo a los estados, sino también a los sectores, a las empresas, organizaciones, organismos, ya que hay acciones que hasta los particulares podemos llegar a implementar para reducir nuestra huella de carbono y emisión de gases de efecto invernadero”.

La urgencia de adaptarnos torna cada vez más sentido cuando se evidencia el alza de las temperaturas globales que afectan los sistemas climáticos. Sequías extremas, olas de calor cada vez más prolongadas, huracanes cada vez más intensos, nos hacen tomar conciencia de la necesidad de adaptarse mejor a estos fenómenos extremos. “La Argentina tiene una gran oportunidad de modificar su matriz energética", afirma Calafall Carranza. “Se han incorporado, en los últimos años, energías renovables, y se hace cada vez más, pero no constituye un reemplazo, ya que cada vez se consume más energía, haciendo las veces de suplemento, en lugar de sustitución”, agrega. “El 51% de los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera por parte de nuestro país corresponden a la energía, mientras que el sector agropecuario, en especial la ganadería representan el 39%, junto con otros usos de la tierra, además de tener en cuenta que el 60%, 65% de nuestra energía eléctrica se produce quemando combustibles fósiles”, afirma.

La diferencia entre el dinero que se invierte en adaptación y en mitigación es enorme. Se conocen datos del Grupo de Financiamiento Climático para América Latina que establecen que alrededor del 80% del financiamiento mundial va a mitigación y a adaptación menos del 20%, siendo que en América Latina esta cifra es de un 8%. “La financiación pasa, en América Latina, más por la adaptación, que por la mitigación o compensación del cambio climático, de lo cual, entre otros organismos, se ocupa el BID”, según Calafall Carranza. “La reducción de emisión de gases puede ser, en parte, un esfuerzo privado, a través de la incorporación de tecnología, o cambios en la forma de producir, o en la logística de la distribución, o de la generación de la energía, que es clave, cambiando la matriz energética”, termina aclarando. Se han promovido la creación de bonos, puede ser que se instalen mercados de carbono, en lis que los países y las empresas paguen por su acción de mitigar, pero jo es suficiente. Los países en desarrollo requieren de millones de dólares para poder adaptarse, mitigar los gases de efecto invernadero, y todos los daños ocasionados por lis cambios climáticos.

“En nuestro país, en los últimos informes del IPCC, y otros de relevamiento, se ha comenzado a mostrar algunos impactos claros sobre algunas regiones en particular como Cuyo, donde había un stress hídrico, especialmente sobre la Cordillera, la reducción de disponibilidad de agua, que conlleva a más sequía, menos acumulación, de nieve durante el invierno por el aumento de la temperatura, y en el Norte, sobretodo Norte Centro, Noroeste, y Oeste del país, con una mayor frecuencia de lluvias, salvo en los últimos años, por efecto de la corriente del Niño, en el NEA, en la Mesopotamia, con más inundaciones”, aclara Ramiro Calafell Carranza.

Por lo recientemente expuesto queda clara la importancia de la participación de la Argentina en el COP28 y los sucesivos encuentros internacionales que, con el objetivo de establecer acuerdos comunes, permita la reducción de emisión de gases de efecto invernadero, para lograr una mejor calidad de vida y bienestar de nuestros ciudadanos y los del mundo, evitando incrementar los perjuicios evidentes como consecuencia del calentamiento global. Del medio ambiente y el cambio climático también tenemos que debatir, ya sea en encuentros internacionales, como en nuestro Congreso Nacional y el de cada distrito en particular.

María Belén Aramburu

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