Según trascendió luego del episodio, Major venía evidenciando un comportamiento agresivo para con el personal de la Casa Blanca. Los Biden lo habían adoptado con tres años, durante 2018 y se convirtió en el primer perro de un refugio de animales en vivir en el domicilio presidencial. La otra mascota presidencial, Champ, tiene 13 años.
De acuerdo con lo que indicaron fuentes anónimas a CNN, Major había estado saltando, ladrando y atacando al personal y a los agentes de seguridad de la Casa Blanca. Ambas mascotas arribaron a la Casa Blanca cuatro días más tarde de la asunción de Joe Biden. El mes pasado, Jill Biden declaró en "The Kelly Clarkson Show" que se hallaba concentrada en acomodar a los perros: "Tienen que tomar el ascensor, no están acostumbrados a eso, y tienen que salir al jardín sur con mucha gente mirándolos. Así que eso es lo que me ha obsesionado, lograr que todos se sientan cómodos y tranquilos".