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02/10/2020

Economía: ¿alcanzan las medidas?, por María Belén Aramburu

Con un sesgo marcadamente exportador el gobierno ha puesto foco en la reducción de los derechos de exportación

Economía: ¿alcanzan las medidas?, por María Belén Aramburu

El alcance de las medidas económicas recientemente expuestas por el Ministro de Economía Martín Guzmán se miden por su eficacia en el cumplimiento de los objetivos trazados por el gobierno nacional.
 
Los objetivos que el Ministro Guzmán señaló como prioritarios son los de “promover sectores claves para el desarrollo de bienes exportables, el mercado interno, en particular la construcción, el sector agropecuario, el energético, el minero y el industrial”. En un país en el que las reservas en dólares del Banco Central son escasas, se busca preservar las existentes e incrementar las que faltan para lo cual se aplicarán una serie de incentivos que, tal como comenté en otra editorial de @Haceinstantes , pretende, en líneas generales, una economía pensada en pesos y no en dólares, en un marco en el que la gente ahorre en moneda nacional y no en divisas. “El sueño de la apreciación del peso” como titulé mi editorial de @Haceinstantes cobre forma, al menos en su pretensión de convertirlo en realidad, a través de las medidas del presidente Alberto Fernández anunciadas por lis ministros de las áreas correspondientes y reforzadas por el Poder Ejecutivo en sus discursos.
 
Con un sesgo marcadamente exportador, y con la mira en su contraparte, las importaciones, el gobierno ha puesto foco en la reducción de los derechos de exportación, sobre todo, en los que pesan sobre la soja que tendrán una baja gradual del 3% para ir incrementándose también con gradualidad y volver al 33% en enero de 2021. Rebajas para aceites de soja crudos, refinados envasados, biodiesel, serán de la partida. Para los pequeños y medianos productores de soja y cooperativas habrá compensaciones con un fondo de $11.500 millones y se vuelve a la segmentación.
 
La reacción del sector agropecuario divide las aguas entre los agro exportadores que si bien, como me explicaron algunos, son insuficientes o, en boca de otros, sólo un paliativo de circunstancia, da comienzo a una serie de conversaciones que el sector oleaginoso mantendrá con el gobierno nacional que, entiende, ahora toma nota de la presión tributaria que recae sobre ellos.
 
Por su parte, la Mesa de Enlace que vuelve a cobrar protagonismo, aunque no el que sobresalía en tiempos del conflicto por la resolución de la 125 durante el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, ha rechazado estas medidas de plano ya que las consideran como una transferencia de recursos de un sector a otro, del agropecuario al industrial. Desde el gobierno nacional fue el Ministro de Agricultura, Luis Basterra, quien criticó a la Mesa de Enlace por las supuestas reuniones infructuosas que se mantuvieron con ella, para luego destacar la segmentación que se hizo con los productores, fruto de las charlas con Federacion Agraria.
 
El sector agropecuario es importante para el gobierno para captar dólares que hoy le faltan. Es la pretensión del Ministro Martín Guzmán junto con el diseño trazado por el Ministerio de Desarrollo Productivo, a cargo de Matias Kulfas, apuntar a un modelo agroindustrial. Y para obtener entre US$8.000 y US$10.000 millones se espera que los productores liquiden la soja al compás de la baja de las retenciones ya que el acopio fue producto de la espera de una devaluación del peso. Para las compras de la cosecha gruesa el Ministro Luis Basterra espera US$ 7.000 millones y el titular del Banco Central, Miguel Pesce, entre 4 y 5 mil millones de dólares por los que se sentiría más que satisfecho en su afán de incrementar las reservas en esa moneda.
 
Se suman a estas medidas del sector las de reducción de derechos de exportación de carne enfriada de 9% a 5%.
  
Para incentivar la producción con mayor valor agregado, las exportaciones y la diversificación de la canasta productiva, se bajarán los derechos de exportación de bienes finales industriales al 0%, salvo la automotriz, además de los insumos elaborados industriales. El sector industrial estuvo representado por el titular de la UIA, Miguel Acevedo, pero se esperan las repercusiones más específicas de cada rubro a medida que se vayan desenvolviendo las reuniones con el presidente Alberto Fernández.
 
La construcción tiene un capítulo aparte. Se sabe que es un sector que tiene un efecto multiplicador en la economía. Las resoluciones tienden a un desvío de fondos de activos financieros a emprendimientos de la construcción, con el aliciente de la desgravación de Bienes Personales y diferimiento del pago del impuesto a las Ganancias y Transferencia de Inmuebles. La apuesta es en pesos y la confianza en la moneda nacional y el funcionamiento de la economía es la que marcará si estas medidas son lo suficientemente atractivas para alentar al sector que pretende ser puesto en marcha con capitales privados que puede generar puestos de trabajo y ocupación inmediata para bajar la curva del desempleo que se acrecentó durante la pandemia.
 
Los lineamientos del Banco Central apuntan a desincentivar el ahorro en pesos con las restricciones impuestas a la compra del dólar ahorro. Y para mostrar un plan integrado a los ministerios de Economía de Martín Guzmán  y de Desarrollo Productivo de Matías Kulfas el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, anunció que “va a dar volatilidad al mercado de cambios para evitar algunas cuestiones especulativas” dando por terminadas las mini devaluaciones previsibles, en referencia a los exportadores que achicaban su margen de costo tomando créditos en pesos en lugar de vender sus dólares para hacer frente a sus obligaciones financieras y a los beneficios que de ellas obtenían los importadores que se endeudaban en pesos para comprar divisas.
 
Hace tiempo que se viene hablando de una devaluación y de la pretensión de algunos que ésta se concrete. La expectativa inflacionaria llevaría a una devaluación según especulan desde el sector empresario y el propio gobierno. Es por eso que Miguel Pesce advirtió que “no queríamos que se interpretara como un nuevo paso devaluatorio hacia adelante para que no se generaran malas noticias y haya sobresaltos”. La modificación de la herramienta para regular el tipo de cambio oficial admitirá de hecho devaluaciones de considerarse necesarias.
 
Para la oposición estas medidas no alcanzan y son sólo un parche.
 
El alcance de las medidas lleva su tiempo. Pero lo más importante es la credibilidad que de ellas se tenga y la generación de confianza en el plan económico del gobierno.

 

Por María Belén Aramburu

 

 

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