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08/04/2020

Te cuida el Estado, por Nacho Girón

Cada día de aislamiento obligatorio le cuesta unos 50 mil millones de pesos, 0.2% del PBI.

Te cuida el Estado, por Nacho Girón

En una época en la que el mundo está atravesado por el drama del Coronavirus, que ya contagió a más de medio millón de personas, el Estado vuelve a estar presente como nunca antes a lo largo de nuestra vida. 

Así que el comentario de hoy tiene que ver con esa simple pero contundente idea: al final, no te cuida el mercado, el que te cuida siempre es el Estado.


El parate general de la Argentina, pero también del Planeta Tierra todo, está obligando a los estados a usar y emitir cantidades fastuosas de dinero para que la gente pueda subsistir. 

Izquierdas y derechas, defensores del uso holgado del presupuesto público o defensores de la austeridad y los equilibrios fiscales, casi todos los gobiernos del mundo, se apuraron en salvaguardar la salud como si viviéramos en tiempo de guerras mundiales.

El brazo del Estado apareció entonces activo en cada rincón: en los controles para que se cumpla el confinamiento, en los paquetes de medidas para sostener la economía, en los estímulos con billetes para los bolsillos más flacos y hasta en la presencia militar en los pasos fronterizos. 


El que te cuida es el Estado. Y ahora, eso lo saben incluso los que hasta ayer usaban a rajatabla su manual liberal pero rápidamente se convirtieron en seguidores del keynesianismo.
Te doy un ejemplo de afuera, así no se sonroja ninguno de los de acá. 

Un reconocido líder internacional dijo: "Lo que reveló esta pandemia es que la sanidad gratuita, sin condiciones de ingresos, de profesión, nuestro estado del bienestar, es un bien precioso. Este tipo de bienes y servicios tienen que estar por fuera de las leyes del mercado".

¿De quién es la frase? Ni más ni menos que del presidente de Francia, Emanuel Macron. Sí, el mismo que hizo de la represión policial y judicial contra los Chalecos Amarillos un emblema de su gestión. Uno que está más cerca de Mauricio Macri que de Alberto Fernández. Y, sin embargo, se dio cuenta que cuando las papas queman, ahí está el Estado.

De nuevo: no fue Del Caño el que defendió el acceso gratuito a la salud. Lo tuvo que hacer el presidente francés.


Pero OJO, también hay que decir algo: al final de cuentas te cuida el Estado, pero acá el Estado no entra del todo en ciertos rincones de nuestro país. Y eso se va a ver aún más ahora que el Coronavirus está llegando a zonas con grandes concentraciones de personas que viven en condiciones infrahumanas.


Mientras vos te quejás que ya no te queda nada por ver en Netflix, en Argentina hay 3 millones y medio de hogares con déficit habitacional, la gran mayoría con hacinamiento, falta de infraestructura, falta de servicios, entre otros dramas.


Mientras vos estás hinchado de las campañas de concientización, en Argentina hay 6 millones de personas que no tienen un baño para lavarse las manos.


Mientras vos te escapás a Ostende con tu tabla de surf, en Argentina hay pibes que la van a pasar mal con el Coronavirus porque tienen problemas respiratorios graves porque viven en casillas asfixiadas de humedad.


En esos lugares, la gente va a morir por coronavirus pero también ya está muriendo por malnutrición, por dengue, por chagas, por tuberculosis, por enfermedades relacionadas con la mordedura de alimañas o porque le pegan un tiro en la parada del bondi en el que viajan 3 horas por día.

Y además de todo esto, la precarización y la desorganización. La imagen que resume todo es la cola en los bancos de las últimas horas y la infinita paciencia de la gente para retirar plata mientras se agolpaban unos contra otros, lejos del distanciamiento social necesario. 

Dicho sea de paso, no tiene sentido que un cajero de un supermercado esté poniendo el lomo laburando y los de los bancos estén haciendo home office. Para pensar.


Todo esto para ni contar los que no van a hacer la cola al banco, porque no tienen idea lo que es una caja de ahorro o una tarjeta de débito porque viven de changas y cobran en negro.


Te cuida el Estado pero, digamos todo, el Estado muchas veces también te abandona. Es un problema que años y años de gobiernos de todos los colores nunca pudieron solucionar. Hasta dedicaron más esfuerzo en armar su oscura red de punteros políticos que en enhebrar soluciones profundas y trabajo genuino que dignifique al pueblo.


Y aún así, con todos sus errores, el que te puede cuidar mejor que nadie, a final de cuentas, siempre es el Estado. 

Y esta maldita pandemia del Coronavirus lo deja más claro que nunca. 

Y decir eso, no es defender a este o cualquier otro gobierno; es defender una concepción política que hoy puede salvar muchas vidas. ¿Escuchaste bien? Salvar vidas. 

- ¿Cuesta mucha guita? Un montón. Cada día de aislamiento obligatorio, unos 50 mil millones de pesos, 0.2% del PBI. 

Lo que se venga cuando todo esto pase va a ser bravo, pero si muchos se salvan va a haber valido la pena.


Acordate. Al final de cuentas, cuando estallan las crisis, cuando revienta todo, cuando el mundo termina patas para arriba por una pandemia maldita como la del Coronavirus, no te cuida el mercado, te cuida el Estado. Hay que mejorarlo, pulirlo, aceitarlo, y mucho, sobre todo en esta parte del mundo. Pero también, y al menos así termina mi reflexión, hay que estarle agradecido.

En una época en la que el mundo está atravesado por el drama del Coronavirus, que ya contagió a más de medio millón de personas, el Estado vuelve a estar presente como nunca antes a lo largo de nuestra vida. 
 
 
 
Editorial de Nacho Girón en el programa "Digamos Todo", sábado de 7 a 10 en CNN Radio y para Haceinstantes.com
 
 
 
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