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28/12/2018

Elecciones: Falta la tercera opción, por María Belén Aramburu

A ninguno de los candidatos que se van sondeando en público y privado, algunos con más apariciones que otros, les alcanza para enfrentar semejante polarización.

Elecciones: Falta la tercera opción, por María Belén Aramburu
Cuando la gente piensa y habla sobre las elecciones se pregunta y pregunta quiénes van a ser los candidatos firmes.
 
El año que se aproxima viene cargado de múltiples elecciones, precedidas de campañas eternas que se van sucediendo a través del cronograma electoral establecido. El Poder Legislativo renovará parte de sus Cámaras. Habrá elecciones a nivel nacional, en algunas provincias y distritos municipales. Los estados tendrán su renovación de mandatos y cargos pero la mirada estará centrada en las presidenciales.
 
Más allá de no existir un pronunciamiento oficial por parte de ningún partido político y con las afirmaciones en off, o sea fuera de micrófono que los periodistas obtenemos, hay dos que se presentan firmes en el escenario electoral próximo, el actual presidente Mauricio Macri y la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
 
La polarización vuelve a exponerse como la opción válida que estaría acompañada por la segunda vuelta. Y para que ésta exista debe contemplarse el voto cautivo de cada uno de los candidatos que, distantes de los cuestionamientos y críticas y hasta procesos judiciales, se mantienen firmes a su lado. Ellos ya saben que van a votar a uno o a otro en defensa de un modelo de país que se muestra en la ideología y en la práctica antagónico cuando se lo enfrenta en el debate y en los hechos concretos y cotidianos.
 
Fuera de la polarización pero quizás también profundizándola, rozándola y hasta disminuyéndola en su magnitud sin permitir que desaparezca, no aparece ningún candidato que pueda concentrar una porción del electorado que pose su intención de voto en una válida tercera opción y, en una eventual oportunidad, disolverla hasta dispersar votos entre tres fracciones dispares o semejantes en caudal de votos.
 
Para el electorado no cautivo y no cautivado por las dos opciones de la polarización actual es difícil ubicarse en un escenario electoral con candidatos tan dispersos en cuanto polos de atracción. Entre éstos también se comprende a los desilusionados de uno u otro sector. Y si a éstos se suma el exigente y cauteloso electorado independiente, el porcentaje que varía según la época y sus circunstancias de acuerdo a las mediciones de los encuestadores, se va engrosando.
 
La tercera opción hoy pasa por el peronismo. Pero lo cierto es que a ninguno de los candidatos que se van sondeando en público y privado, algunos con más apariciones que otros, les alcanza para enfrentar semejante polarización.
Massa, Urtubey, Schiaretti, Solá, Scioli, entre otros peronistas. Olmedo desde su partido con nuevas alianzas. A ninguno le alcanza.
Para algunos sería absolutamente imposible ir con el kirchnerismo y presentar una fórmula unida del Partido Justicialista al menos con algunas facciones ahora enfrentadas. Para otros es vista como una posibilidad.
 
Y las fuerzas de izquierda que han crecido en el Poder Legislativo en cuanto a su representación y en el seno del sindicalismo haciéndose eco principalmente de los reclamos de los  trabajadores en sus luchas por mejores salarios y su discusión en paritarias, no llegan a una tercera opción capaz de desestabilizar votos ajenos. Fuerzas que además del voto ideológico cautivo por excelencia ha sabido añadir, en un nuevo impulso, cuadros políticos propios y recientemente incorporados con más presencia pública y expuesta, trascendiendo el de las urnas. Pero a ningún candidato le alcanza.
 
En este panorama cercano a la concreción del uso del derecho al voto, se acortan los plazos para definir candidaturas y convertirse en imanes del electorado que espera escuchar propuestas concretas, viables, certeras y verdaderas.
 
Por María Belén Aramburu
 
 
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