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07/12/2018

"Queremos un River Boca en Paz", por María Belén Aramburu

Pensar con grandeza en una Nación cohesionada no permitiría ni hubiese permitido acto de violencia alguno.

"Queremos un River Boca en Paz", por María Belén Aramburu
Matías Sebastián Nicolás Firpo, el hincha de River que fue socio entre 2009 y 3012, dado de baja y reincorporado en 2015, mecánico tornero de oficio, acusado del ataque contra el ómnibus que llevaba a los jugadores y plantel de Boca al Monumental 24 de noviembre, fue liberado tras ser condenado a dos años y cuatro meses de prisión en suspenso. En un juicio abreviado se determinó que deberá realizar 180 horas de trabajo comunitario y un curso de convivencia urbana. No podrá acercarse a las inmediaciones del estadio Monumental, desde ya no podrá ingresar al mismo, con la prohibición de asistir a espectáculo deportivo masivo alguno durante el periodo de condena. Además de haber sido expulsado como socio del club.
 
La jueza desistió de la prisión preventiva solicitada por la fiscal. El juicio abreviado dejó de lado un juicio oral que lo podría haber condenado a entre dos y seis años de prisión por lo que de estipularse un fallo de tres años o más podría haber terminado preso ya que iba a ser de cumplimiento efectivo.
Las imputaciones fueron por daños y lesiones leves entre otras, dejando en claro que la comisión de los delitos fue siempre en el marco de un espectáculo deportivo que llevó a infringir la ley que rige sobre el comportamiento en estas ocasiones.
 
¿Alcanza la pena como castigo y para revertir una conducta que debe ser revisada y cambiada?
Para modificar comportamientos hace falta el arrepentimiento y la enmienda a través de la firme y voluntariosa actitud permanente del cambio de hábitos en ese rumbo.
Según su abogado defensor, Ricardo Vallejos, está arrepentido. Su arrepentimiento y la falta de antecedentes penales llevaron a la justicia a considerar el arribo a un fallo como el que se conoció. El abogado me manifestó que es un hombre de bien, que ayuda a una fundación, tiene un trabajo estable, familia y que sólo actuó dejándose llevar por el impulso provocado por la acción en masa. Que se “enganchó” cuando otras personas arrojaban elementos al ómnibus sin formar parte de ningún grupo.
 
No fue el único. Hubo varios y son buscados por la justicia para prestar declaración indagatoria.
Matías fue reconocido por testigos y hubo que constatar que era uno de los protagonistas de los incidentes en la calle Quinteros cotejando su aspecto actual con el de las imágenes registradas por las cámaras de seguridad que lo mostraban con el pelo más largo, algo de barba, una gorra roja, su torso desnudo y, desde ya, su ferocidad constatada contra el micro.
El arrepentimiento habrá llegado más tarde de su intento de evitar ser reconocido y cortarse el pelo además de afeitarse la barba.
El arrepentimiento habrá llegado después de haber arrojado una botella según su propio testimonio luego, dijo. de haber bebido de ella.
De ser éste un comportamiento ligado al de las masas como me explicó su abogado, es obvio que en el contexto de un espectáculo deportivo como el fútbol de haber un público característico, justamente es el masivo. Por este motivo no se puede inferir que aquel que asista a ver un partido de fútbol necesariamente se vea impulsado a actos de naturaleza violenta fuera o dentro de la cancha. Resultaría de enorme riesgo para todos.
Los elementos contundentes arrojados por los que estaban en el recorrido del ómnibus de Boca dejaron lesionados y daños que, entre otros, provocaron la rotura de vidrios por los que ingresó el gas pimienta arrojado por las fuerzas de seguridad. Esto provocó el desmayo del chofer lesionado que hubiese aparejado una tragedia mayor de no haber sido porque un directivo del club agarró a tiempo el volante para controlar el micro.  
 
Quedan más protagonistas de los incidentes por ser detenidos. ¿Recibirán la misma condena? Así parecería de de sujetos de las mismas imputaciones.
Da vergüenza y pena que un partido entre dos equipos argentinos, históricos rivales, se juegue en Madrid. En territorio europeo se garantizará la seguridad que no se supo brindar en la ciudad de Buenos Aires con un operativo que aportó dentro y fuera de la cancha 2000 efectivos.
A todo esto se suma la deportación del barra brava de Boca, Maximiliano Mazzaro, retenido en el aeropuerto de Barajas en base a sus antecedentes. Recordemos que fue procesado en 2013, acusado de ser partícipe necesario del homicidio de Ernesto Cirino, ocurrido en agosto de 2011 en Liniers. Estuvo un año y medio preso para luego ser absuelto en 2014. Se convirtió en un hombre temido por Rafael di Zeo y Mauro Martín.
Sí bien di Zeo fue autorizado por la justicia a salir del país, por no presentar riesgo de fuga ni entorpecimiento en sus causas, acusado de instigación a dos homicidios por una pelea entre barra bravas y encubrimiento en relación con un secuestro, sin pedido de detención, decidió no viajar por temor a ser deportado, sobre todo contando con el antecedente de Mazzaro. De todos modos tiene prohibido el ingreso a los estadios por lo que, de viajar y permitírsele su ingreso, no podría ver el partido en el Bernábeu.
 
Recuerdo las palabras del titular de la Conmebol instando a los presidentes de ambos clubes a ejercer su autoridad para influir en las conciencias de los hinchas permitiendo un partido en paz que permita disfrutar del fútbol como espectáculo deportivo ajeno a hechos de violencia.
Alejandro Domínguez se mostró en oportunidad de comunicar la fecha, horario y lugar del partido, firme en cuanto a la prohibición del ingreso a la cancha de barra bravas. Y de hecho se estaría cumpliendo a través del impedimento ejercido por el control del gobierno español.
Con sede en Madrid tendrá lugar el partido final por la Copa Libertadores entre River y Boca.
Más allá del resultado lo que todos esperamos es que sea un espectáculo deportivo. En Paz. Paz que ya se vio empañada por antecedentes de violencia y por lo que el sabor amargo permanecerá en nosotros.
 
Como escribí detalladamente en la editorial próxima anterior, el rol de las fuerzas de seguridad en cuanto a la prevención es fundamental. Pero reitero que también es muy importante el orden social. Y éste sólo se logra a través de la educación.
Pensar con grandeza en una Nación cohesionada no permitiría ni hubiese permitido acto de violencia alguno.
Queremos un River Boca en Paz.
 
Por María Belén Aramburu
 
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