Desde entonces, la pericia tecnológica obtuvo los movimientos del aparato desde que apareció muerto. En los resultados quedó plasmado que el celular se activó en los barrios porteños de Flores y Caballito. Y, después, en Wilde y Bernal. A su vez, registraron que recibió tres llamadas y al menos una fue atendida.
Los investigadores estaban buscando a la joven para determinar si efectivamente el periodista murió en un juego sexual o si se trató de un homicidio. Por eso, su testimonio será crucial para la causa.