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01/06/2012

El frío de El Calafate no pudo contra Soñando por Cantar

El frío de El Calafate no pudo contra Soñando por Cantar

El clima –inferior a los 8 grados bajo cero- fuera del gimnasio municipal contrastó con el calor y color que los más de cinco mil sureños le imprimieron a la gala del certamen que hace cantar al país. El jurado, compuesto por Valeria Lynch, Patricia Sosa, Alejandro Lerner y Oscar Mediavilla, eligió a los siguientes finalistas: el profesor de música Andrés Arelli, la de danzas Débora Vargas, la joven madre Daniela Vallejos, el boliviano Johny López y el ambientalista Franco Ramírez. EL PROFE MIRÓ EL VASO LLENOEl profesor de música de Río Gallegos Andrés Arelli había tenido el compromiso de abrir la noche mientras fuera del establecimiento el termómetro registraba 8 grados bajo cero. Cantó “Vasos vacíos” con su guitarra y fue premiado al tener las cuatro palancas verdes. GRACIAS POR VENIR, DÉBORADe Pico Truncado llegó una profesora de danzas dispuesta a cantar: Débora Vargas. Eligió “Ojalá”, de Silvio Rodríguez, para sorprender a sus ídolos: los jueces. Le temblaban las piernas pero una vez que terminó, Valeria y Patricia la consolaron con un gran abrazo. “Buenas noches a los inseguros, que saben que pueden seguir creciendo porque tienen con qué”, dijo Alejandro Lerner. La participante relató cómo recorrieron por las peligrosas rutas escarchadas los más de mil kilómetros para presentarse: “Nos salimos del camino en un momento y Dios sabe por qué no tuvimos un accidente”. DE CALETA CON AMORDaniela Vallejos, estudiante de Caleta Olivia, presentó públicamente a su bebé de 4 meses. Alma, la niña en cuestión, quedó anonadada con el conductor de Soñando por Cantar mientras mamá interpretó “Qué será de ti” (Thalía). Después regó de ternura al programa vocalizando canciones infantiles para Alma tal como lo hace en la intimidad del hogar. “Fue un broche de oro para la noche”, dijo Valeria. Johana Hoyos, oriunda de la misma ciudad, da clases de música en un centro municipal con tan solo 21 años y comentó que no pudo traer a El Calafate a su hijo porque tuvo que pedir ayuda económica para poder viajar. EL AMBIENTALISTA ENAMORADOUn ambientalista de Piedra Buena también se animó a “El amor es más fuerte”, la banda sonora de Tango Feroz. Franco Ramírez dejó bien claro que el “amor es más fuerte” porque no sólo cantó bárbaro sino se le declaró a una amiga. El santacruceño contagió a Valeria, que le mandó un beso a su marido de la emoción. La onda expansiva llegó a Mediavilla, que le dijo a Patricia: “Es mi compañera de ruta y por eso es mi amor”. BUSCANDO EL ÉXITO LEJOS DE CASA¿Qué puede hacer un boliviano suelto en El Calafate? Sí, cantar. Con un charango, Johny López homenajeó a Víctor Heredia con su hit “Ojos de cielo”. Lerner –en nombre del jurado- reconoció el amor a sus compatriotas. “Cantar en un mismo cielo significa mucho para mí. Soy metalúrgico, vine por un trabajo, me enamoré del lugar y me quedé”, comentó el participante. Dos casos similares conmovieron a los asistentes: el remisero jujeño Marcos Pérez le dedicó su actuación a San Pedro, su pueblo natal, e interpretó “Paisaje” (Vicentico); por su parte, la chaqueña Eva Mariel –asistente de un odontólogo- comentó que encontró en la Patagonia su “lugar en el mundo” y eligió como repertorio el clásico y emotivo “Sombras nada más”. EL MAPUCHE QUE CONMOVIÓ A TODOSUn descendiente mapuche de Pico trunado, José Sáez, le cantó a sus tres nenas “Amutuy soledad” y extendió la característica y colorida bandera de los pueblos originarios. Alejandro Lerner se salía de la vaina y declaró: “Cuando vos cantás es mucho más importante tu mensaje que cualquier cosa técnica que podemos decir. Nosotros debemos integrarnos a los pueblos originarios y no al revés”. Patricia Sosa agregó: “Para convivir debemos aprender a pedir perdón. Son dueños de esta tierra y tienen todo el derecho de mantener su cultura. Un toba me dijo si podía traerle unos árboles porque había un desmonte impresionante y él se dedicaba a la medicina con ellos. Tenemos que pregonar devolverles el árbol, el idioma y todo”. Sáez se despidió homenajeando a Hugo Giménez Agüero y puso de pie a todo el público en un grito unánime: “Cerro de mi Patagonia”. UNA GALA PARA TODOS LOS GUSTOSAdemás de éstos casos destacados, pasaron por la escena un empleado de la construcción local Gustavo Calisaya y su guitarrista Marcelo Becerra (“Zamba de mi esperanza”); la admiradora de Sandro Lorena Also (“Yo te amo”); una mujer mariachi cuyo nombre artístico es “La Machi” (“Adelita”); el metalúrgico Franco Dacal (“Dejame llorar”, Ricardo Montaner); los hermanos de Río Gallegos Macarena y Mauricio Álvez (“Volver a amar”, de Quique Santander); el pícaro vendedor de ropa Sebastián Chávez (“Así no te amarán jamás”, La Barra); y Daniela Trujillo que ganó una apuesta con sus amigos al quedarse con el pañuelo de Iúdica.

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