En soledad, en la nave mayor de la en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco escuchó la homilía del predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa.
El Sumo Pontífice ya había hablado por teléfono con los padres del joven asesinado hace un mes. Hubo movilizaciones frente al Congreso y en varias ciudades del país.