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25/09/2020

El sueño de la apreciación del peso, por María Belén Aramburu

El sueño de cualquier gobierno es el de tener un peso fuerte.

El sueño de la apreciación del peso, por María Belén Aramburu

Prefiero hablar del peso en mi editorial de hoy de @Haceinstantes que del dólar. De todos modos el concepto de apreciación y su significado están íntimamente vinculados con el dólar. La apreciación es el aumento del valor de una divisa, en este caso el peso argentino, en relación al resto de las divisas, o sea, de las monedas extranjeras. La apreciación es el proceso contrario de la depreciación, que supone la disminución del poder de la moneda. Para entender la apreciación de la divisa debemos examinar las complejidades de un par de divisas, una a la que se toma como base y la otra la cotizada. La base siempre vale uno y la cotizada representa la cantidad de esa divisa que se necesitaría para comprar una divisa base. Si el dólar es la divisa base y el peso argentino es la cotización, tengo que evaluar cuántos pesos necesito para comprar un dólar.
 
La apreciación de una divisa depende de muchos factores entre los que se encuentra la inflación, tasas de interés, a más baja inflación más alta la tasa de interés que atrae más inversión extranjera a un país, por lo que aumenta la demanda de esa divisa.  Podemos enumerar muchísimos factores pero también sabemos que puertas adentro de un país y puertas afuera tiene una gran incidencia la seguridad que los inversores vean y sientan respecto de su Banco Central y su gobierno. La oferta y demanda de una divisa impulsan la apreciación o depreciación de una moneda.

La depreciación, como contrapartida de la apreciación se da en un esquema de interacción entre la oferta y demanda. La devaluación es una estrategia del gobierno de turno que fija el tipo de cambio para anunciar que su valor pasa de uno a otro más elevado.
 
El sueño de cualquier gobierno y, desde ya, su presidente, es el de tener un peso fuerte. En declaraciones recientes el presidente Alberto Fernández, en un acto en la provincia de Entre Ríos, hizo referencia a la coparticipación y la necesidad de equiparar recursos en el interior del país y a la utilización de la divisa extranjera para la compra de insumos como en el caso de “la industria farmacológica que vimos pueda comprar los insumos que después vende como productos elaborados afuera del país, cada vez que compra los insumos paga dólares pero después vende medicamentos afuera y le entran más dólares”.
 
En un párrafo aparte el presidente Alberto Fernández desechó públicamente la idea y práctica constante en la Argentina de atesorar en dólares. “Tenemos que acostumbrarnos a ahorrar en pesos y dejar los dólares para la producción”, dijo el primer mandatario, para explicar que “la Argentina tiene que hacer un ejercicio como sociedad para entender que tenemos que fortalecer nuestra moneda y cuidar nuestro peso”.
 
Faltan dólares, se ve en los números de reservas del Banco Central y a propósito de esto el presidente Alberto Fernández apuntó nuevamente contra los “pícaros que tomaron deuda, compraron dólares una y otra vez y se los llevaron fuera del país”. Cuando el presidente estuvo en Cañuelas también señaló que “los dólares los necesitan los que tienen que producir y dar trabajo “ poniendo como ejemplo una heladera que necesita un 40% de insumos importados.
 
Faltan dólares y se necesitan para pagar nuestras obligaciones. Después de haber llegado a un acuerdo con los acreedores tenedores de bonos emitidos bajo ley extranjera la mira de la deuda argentina apunta al Fondo Monetario Internacional, con el cual se está negociando y quiere asegurarse que nuestras cuentas cierren, poniendo el ojo en el déficit fiscal y el programa monetario del Banco Central para financiar el Tesoro a fijarse con misiones técnicas que empezarán a verse el próximo mes de octubre y analizarán la agenda económica de nuestro país. El equilibrio fiscal es importante para el organismo financiero internacional .
 
A su vez, los controles sobre el dólar ahorro generaron la suba del Contado con Liqui, la dificultad que las empresas mostraron para cumplir con sus obligaciones financieras en el exterior, caída de bonos y acciones, los problemas generados en los sistemas de los bancos para que los ahorristas puedan acceder a la compra permitida mensual de US$200, el cortocircuito entre las declaraciones del Ministro de Economía Martín Guzmán y el presidente de la autoridad monetaria, Miguel Pesce que derivaron en las restricciones conocidas para acceder a los dólares y sus consecuentes entrecruzamientos políticos más allá de las consideraciones económicas y financieras. La brecha entre el dólar oficial y el “blue” se achicó con estas medidas pero mientras no pueda quedar formalmente habilitada la compra a través del Home Banking, el paralelo seguirá subiendo, al igual que acompañando las restricciones vigentes por un sencillo cálculo de oferta y demanda.
 
El sueño de la apreciación del peso sólo puede convertirse en realidad con medidas económicas que lo permitan. Hace poco, la vicejefa de Gabinete de la Nación, Cecilia Todesca, afirmó que hay que “recomponer la soberanía” del peso “para poder crecer y generar empleo” además de aclarar que las medidas cambiarias apuntan a “cuidar las reservas para el año que viene”. La funcionaria agregó: “Nosotros no creemos que una persona que compra dólares no quiere a su Patria”.
 
En cuanto a la compra de dólares podríamos y debemos hacer varias disquisiciones respecto de sus fines. Por el momento sólo me voy a referir a la que concierne al ahorro, entre los cuales se encuentran muchos que sólo acceden a la compra limitada de los US$200 por mes, algunos de ellos haciéndolo todos los meses, otros de vez en cuando, y los que pueden accediendo a la compra del dólar “blue”.
 
Con tal de poder ahorrar en dólares y deshacerse de los pesos, hasta los que menos tienen, cuando tienen la posibilidad de ahorrar, lo hacen en dólares.
 
Hace muchos años que el argentino promedio, y con ello dejo de lado a los grandes inversores y sus intereses, prefiere y apuesta a la compra de dólares para sus ahorros. Siempre ha sido así.
 
Basta ver cómo para desarrollar este tema el dólar sigue ocupando un puesto central en el análisis.
 
La pregunta que nos tenemos que hacer, o más bien la que cualquier gobierno que quiera tener una moneda fuerte se tiene que hacer, es el por qué de un peso débil frente a una divisa como el dólar estadounidense fuerte y cómo hacer desde la política económica para pasar del sueño a la realidad.
 
Otra cuestión a analizar. Cuán atractivas resultan las medidas para que se apueste al peso en plazos fijos más tentadores y otros instrumentos de política monetaria que en vistas a captar la atención del ahorrista pretenden desviar su mirada hacia la moneda argentina.
 
El fortalecimiento de los sectores agropecuarios y la exportación de sus derivados y del sector secundario o de la industria generan divisas y están al alcance de la mano. El secretario terciario en medio de la pandemia hace difícil su crecimiento por el momento pero es un terreno a explorarse y en el cual invertir.
 
El sueño de la apreciación del peso, por el momento, sigue siendo un sueño.

 

Por María Belén Aramburu

 

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