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23/03/2020

LA ARGENTINA ACUARENTENADA, por Nacho Girón

Minimizar la enfermedad es un grave error.

LA ARGENTINA ACUARENTENADA, por Nacho Girón

La Argentina está en cuarentena masiva y obligatoria por el coronavirus que poco a poco nos fue acechando, y el hecho de que nos leas aislado en tu casa, que nos TENGAS que leer aislado en tu casa, nos permite tomarnos el tiempo para hacer algunas reflexiones importantes.

Hoy, inmersos en una situación histórica e inédita que jamás habríamos imaginado, voy a hablar justamente de la Argentina acuerentenada.

La cuarentena masiva ya se aplica en siete países del planeta incluído el nuestro: Italia, España, Francia, Bélgica, El Salvador, Venezuela y desde los primeros minutos del viernes, Argentina. A eso hay que sumar China, el orígen de todo, con su bloqueo extremo de 16 ciudades. Wuhan, ciudad en la que apareció por primera vez el coronavirus, estuvo un total de seis semanas en cuarentena.

Y, aparentemente, aunque joda, aunque sea hincha, aunque moleste, parece que la medida, si las aplicás con tiempo, sirve.

En estas semanas se habló mucho de cifras. En un mundo con 7500 millones de habitantes, el coronavirus (según números actualizados al 21 de marzo de 2020) mató a 11.300 personas y enfermó a 272.300, 88 mil de las cuales ya se recuperaron.

¿Por qué tanto drama planetario, podría pensar más de uno, por una enfermedad que tiene una tasa de mortalidad de menos del dos por ciento promedio en pacientes que en general tienen patologías previas?

Con estos números, podés tentarte fácilmente (yo mismo lo hice y a veces admito que lo sigo haciendo) en minimizar la enfermedad.
¿Y sabés qué? Eso es un grave error.

También podés tentarte fácilmente con repasar la cantidad de muertes que provocan otras enfermedades que ahora mismo tienen menos prensa: por ejemplo, casi 32 mil personas mueren por año en Argentina por neumonía e influenza... y más cruel aún: también mueren entre 800 y 1000 nenes por año por desnutrición.
¿Pero sabés qué? Pensar así, linealmente, con todos los debates dentro del debate que esto puede generar, también en un grave error.

El problema no es la cantidad de gente que se muere de gripe o de influenza, dicen los especialistas, porque eso PASA todos los años, y el sistema médico en general está esperando a esas personas.
El problema es que en este momento de la humanidad es que el coronavirus es una pandemia nueva, que no conocemos del todo y que no tiene cura. La gente se muere porque no tiene donde atenderse.
Ese es el verdadero drama y eso es lo que quieren atacar los países que se están poniendo adelante y no atrás de la lucha contra el virus.
Los que se ponen adelante, pueden soñar con parar las muertes. Los que se ponen atrás, sufren lo de Italia: sólo este viernes reportó 627 muertos, 4032 en total.

Los flagelos como el coronavirus sacan lo mejor y lo peor de las personas:

¿De lo mejor? Las postales que vimos todas estas horas, antes impensadas: Alberto Fernández juntado dos veces en un mismo día con Horacio Rodriguez Larreta. O el presidente reunido cívicamente con todos los líderes de la oposición y esos líderes de la oposición admitiendo que las reuniones fueron impecables.
Para pellizcarse, increíble pero real.

¿De lo peor? La enorme cantidad de imbéciles que tenemos en Argentina. En el primer día de aislamiento masivo ya hay 250 detenidos (y contando) por no respetar la cuarentena.
Pensálo: según los partes oficiales, 158 enfermos por coronavirus y 250 detenidos. O sea, más detenidos que enfermos, más imbéciles que afectados.

Y en el medio también nosotros, digamos todo, los medios de comunicación que no paramos de hablar del coronavirus UN SEGUNDO. Por interés legítimo, por responsabilidad social, pero también porque los ratings o las sintonizaciones radiales bajan si no hablás de ese tema.
Se informa, se ayuda a la población pero en un momento se estira y se estira y se estira y se arma una espiral de psicosis colectiva muy peligrosa que parece no terminar más.
Tomemos conciencia de eso.

En este contexto, vale la pena decir: si esta crisis se contiene, si aprendemos a cuidarnos entre todos y si los de arriba y los de abajo somos responsables, quizá podamos empezar a decir que nos parecemos a un país en serio. Y agrego: hasta empezar a limar los bordes de nuestra grieta.
Lo que generalmente no nos permite nuestra maldita idiosincrasia, insisto, tal vez lo logre el coronavirus.

¿Alcanzará con 15 días para frenar la circulación de esta maldita enfermedad? SIMPLEMENTE NO LO SABEMOS.
Habrá que aprender a esperar, lo que sea necesario...

 

Por Nacho Girón para CNN y Haceinstantes.com

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